El resultado de las PASO dejó un mensaje fuerte y claro para los partidos tradicionales en la Argentina: su lugar de privilegio está en riesgo. El peronismo ya no tiene la vaca atada y puede quedarse afuera del balotaje de noviembre. Misma suerte puede correr Juntos por el Cambio, que ya no es la primera fuerza de la oposición. Y todavía más: ambos pueden ser derrotados en primera vuelta por Javier Milei y La Libertad Avanza.

Pero la sociedad advirtió varias veces antes que ya no elige las mismas opciones de siempre. Por caso, en la Patagonia perdió el Movimiento Popular Neuquino luego de 60 años de hegemonía. También perdió en Chubut el peronismo tras 20 años. En Río Negro se afianza Juntos Somos Río Negro, una fuerza provincial que emula al MPN, pero con una política aliancista superadora. Y el último golpe con aroma a fin de ciclo ocurrió en Santa Cruz, con la derrota del PJ después de 40 años.

La referencia al Sur no es casual: los mandatarios electos en las cuatro provincias tomaron nota de la realidad y ya preparan una suerte de resistencia. Desde hace tiempo hay sintonía fina entre Alberto Weretilneck -gobernador electo por tercera vez por los rionegrinos- y Rolando Figueroa -el neuquino que destronó al MPN en sus propias reglas-, pero su vínculo se afianzó en el Congreso. Rolo se acopló a los diputados de JSRN que Weretilneck conduce desde el Senado.

Weretilneck y Figueroa se conocen hace largos años y ya trabajan juntos en el Congreso.
Weretilneck y Figueroa se conocen hace largos años y ya trabajan juntos en el Congreso.

A esta aceitada dupla se sumó en los últimos meses Nacho Torres, el senador chubutense del PRO que resultó electo gobernador el 30 de julio. Hizo buenas migas con Weretilneck en la Cámara Alta y a Figueroa lo conoce de larga data, ambos libraron batallas comunes, como la puja por el barril de petróleo diferencial para las provincias del Sur. En las próximas semanas sumarán a Claudio Vidal, flamante gobernador electo en Santa Cruz, que venció al kirchnerismo tras décadas en el poder.

La idea madre de los próximos gobernadores patagónicos es crear un bloque regional, donde puedan pelear juntos por una agenda común. Y claro, esta alianza sureña tendrá su correlato en el Congreso de la Nación. Parlamento que ante cualquier escenario nacional, requerirá de arduas negociaciones para conseguir mayorías. Allí sus votos cotizarán en bolsa y lo saben.

Con este fin, aprovecharán este tiempo de transición antes de asumir para mantener varias reuniones y tratar una serie de temas que requieren atención lo antes posible. Y no solo potenciar Vaca Muerta, sino el desarrollo del hidrógeno verde, triplicar la producción de energía eólica. Diversificar la matriz productiva y allanar el camino para la transición energética es otra de las agendas.

Nacho Torres y Rolo Figueroa afianzaron lazos con Israel para atraer inversiones para la Patagonia.
Nacho Torres y Rolo Figueroa afianzaron lazos con Israel para atraer inversiones para la Patagonia.

Y ya hay acciones concretas: Torres y Figueroa mantuvieron encuentros con funcionarios y organizaciones públicas y privadas de Israel la semana pasada. El objetivo del viaje fue fortalecer lazos bilaterales y explorar oportunidades de cooperación e inversión en la Patagonia.

El lunes hubo una reunión en la embajada de Estados Unidos en el que se repitió la dupla Torres -Figueroa, pero se sumó también Weretilneck. “Continuamos trabajando juntos para fortalecer nuestra región patagónica y lograr el crecimiento que necesitan nuestras provincias”, escribió Rolo desde su cuenta de Twitter tras la reunión junto al embajador Marc Stanley.

La iniciativa de armar este bloque regional tiene un correlato histórico, se intentó años atrás, sin éxito. Pero en este contexto de máxima incertidumbre nacional, cobra un valor extra. Desde las provincias de la Patagonia, región históricamente olvidada, buscan plantar bandera y ofrecer un camino a seguir. “Se va a mantener gobierne quien gobierne”, afirman.