Los intendentes cordobeses viven por estas horas un momento de incertidumbre de cara a lo que será su futuro político. Y es que pese a que la gran mayoría va por su segundo mandato consecutivo el actual Código Electoral Provincial no les permite la posibilidad de ir por la famosa re-reelección.

Con este marco de fondo, un grupo de jefes comunales se apersonó a la Legislatura cordobesa con el objetivo de hacerle saber a los bloques opositores que existe un preacuerdo interpartidario por el cual pretenden modificar la actual legislación para poder presentarse en las elecciones de 2023 con el fin de lograr su tercer ciclo a nivel local.

En esta situación se encuentran más de 200 alcaldes que, a través de un conjunto representativo, les hizo saber a los legisladores cuál es la posición general.

Con Hacemos Córdoba a favor de avanzar, los votos están dados para poder lograr una aprobación y, en consecuencia, modificar la norma. Sin embargo, el oficialismo provincial no quiere pagar el costo político de presentar el proyecto por lo que negocia la posibilidad de que el ingreso se dé a través de un bloque minoritario.

Claro, para los intendentes el momento es ahora. Todos consideran que el Mundial es la pantalla perfecta para no cargar con el lado antipático de la iniciativa. Y es por eso que la presión crece. La intención es modificar el artículo 7, de la ley 10.406 para que se permita por “única vez” poder presentarse como candidatos en las elecciones municipales del año que viene.

Los jefes comunales apuntan que la norma es anticonstitucional ya que ninguna reglamentación puede ser retroactiva. Cabe aclarar que esta ley fue aprobada en 2016 por lo que, según su apreciación, el primer mandato debería correr a partir de 2019 y no desde 2015 que es con el espíritu con el que fue votada en su momento.

Entre los motivos por los que consideran que deben continuar sostienen que son los electores quienes con su voto eligen a su intendente, más allá de la cantidad de años que estén en el poder. En pueblos chicos no hay fraudes. La gente nos conoce, somos los que damos la cara día a día. Y si no convencemos, no nos votan más.

También plantean que en localidades chicas, de hasta 10 mil habitantes, por ejemplo, resulta difícil lograr la renovación, pues son escasos los dirigentes o vecinos interesados en comprometerse con la política.

La complicación con la que cuenta hoy el oficialismo es que el gobernador Juan Schiaretti y su delfín, el jefe comunal de la capital cordobesa, Martín Llaryora, no tienen intención de hacerse cargo del conflicto y entrar en la compulsa interna con una elección por delante. “Los dos tienen aspiraciones grandes y no les conviene meterse con algo que se les pueda recriminar puertas afuera”, le dice a Data Clave un reconocido intendente cordobés.

Lo cierto es que a ambos les conviene la idea de que los intendentes pueda renovar ya que gran parte de su fuerza está al frente de los distritos y de esa manera podrían generar una tracción ascendente.

Pero no será fácil. El radicalismo ya adelantó que no quiere ser parte de esto y se pronunció en contra pese a que hay jefes comunales propios que piden por un mandato más.

Lo que sucede en Córdoba es prácticamente igual a lo ocurrido a finales de diciembre de 2021 en Buenos Aires cuando la Legislatura provincial aprobó modificar el artículo que prohibía la re-reelección a partir de 2023. Algo que generó conflicto internos tanto en el Frente de Todos (el Frente Renovador no estaba de acuerdo) como en el PRO (el sector de la exgobernadora María Eugenia Vidal se oponía). 

Con estos antecedentes y con el Mundial de fondo, Córdoba se apresta a cambiar las reglas de juego para permitir que los intendentes sigan liados al poder local por cuanto tiempo sea necesario.