Uno de los ejes que se discutió en el congreso que reunió a gran parte de los jueces federales en Rosario esta semana fue la cantidad de vacantes que hay en el sistema de justicia. En el marco de la discusión por cómo deben llevarse adelante las investigaciones por delitos complejos y en una jurisdicción que está azotada hace años por bandas que se dedican al narcotráfico, hubo críticas directas al Poder Ejecutivo al que consideran responsable de la demora en nombrar titulares en lugares clave.

¿Cuáles son los pasos para elegir a un juez o jueza? La mayor parte del proceso está a cargo del Consejo de la Magistratura, que tiene la responsabilidad de hacer el llamado a concurso, cumplir con la etapa de elegir jurados y tomar los exámenes correspondientes. Por ejemplo, esta semana se realizó el examen para uno de los lugares más importantes dentro del sistema de justicia federal: la Cámara Federal de Casación Penal, el tribunal que tiene la potestad de revisar todos los fallos penales federales del país. 

El concurso es para ocupar el puesto que dejó Liliana Catucci en septiembre del año pasado cuando tuvo que jubilarse por haber llegado a los 75 años. Si bien se inscribieron 94 personas, solamente 70 confirmaron su presentación en el examen y 44 fueron los y las postulantes que efectivamente se asistieron a rendir. Tras esto, vendrá la etapa de correcciones y luego se realizará un orden de mérito provisorio en base a los puntajes que haya obtenido. Después, será el momento de realizar las entrevistas personales donde los y las consejeras preguntan sobre distintos temas jurídicos, técnicos y también sociales (siempre y cuando tengan una aplicación en el derecho). 

En los concursos también se tienen en cuenta los antecedentes académicos y profesionales de los y las candidatas. Una vez que se establece el orden de mérito definitivo (algo que suele traer bastantes discusiones), los/as primeros/as tres de la lista pasarán a conformar la terna oficial de candidatos/as. Sin embargo, para que eso sea oficial y pueda pasar a la siguiente instancia, el Consejo de la Magistratura debe votar la terna y aprobarla con una mayoría especial de dos tercios, lo que implica un consenso entre las distintas fuerzas que integran el organismo.

Si eso se consigue (aunque suele ser el punto donde los procesos se traban), la terna pasa al Poder Ejecutivo, que tiene que elegir entre esas tres personas que llegaron del Consejo. Hay un ejemplo que es citado de manera habitual en Tribunales para explicar cuánto puede demorar un concurso: cuando en 2018 Mariano Llorens llegó a la Cámara Federal de Py, llevaba diez años esperando la resolución de todo el trámite. No es la regla pero se calcula un promedio de cuatro años en completar una vacante.

Una vez que la terna salió del Consejo, el Poder Ejecutivo no está obligado a elegir a quién haya salido primero/a, sino que tiene la posibilidad de optar por cualquiera de las opciones. Una vez que elige, el pliego del candidato o candidata pasa al Senado de la Nación: allí se realiza una audiencia en la Comisión de Acuerdos donde el futuro juez o jueza es interrogado/a por los senadores presentes y donde se leen cualquier tipo de impugnaciones o rechazos que haya cosechado.

Si logra salir airoso/a de ese momento, el pliego pasa al recinto, donde bastará con que sea votado por una mayoría simple. El trámite se cierra con un decreto presidencial común donde se nombra a quién haya sido elegido. 

Ahora, ¿qué sucede en la provincia de Santa Fe? La situación es similar a lo que pasa a nivel federal con las vacantes, que se calcula que llegan a un 25%. En la provincia, existen alrededor de un 30% de lugares vacantes. Eso incluye las jurisdicciones de Santa Fe, Rafaela, Rosario, Venado Tuerto y de San Nicolás, que si bien está ubicada en la provincia de Buenos Aires, por cuestiones organizativas forma parte del esquema santafesino. 

En el Consejo de la Magistratura hay abiertos tres concursos: uno para ocupar el juzgado federal 2 de Santa Fe; otro para el juzgado de primera instancia de Rafaela y el tercero involucra a una de las vacantes para el Tribunal Oral Criminal Federal de Santa Fe. Los primeros dos expedientes están en la etapa de evaluación de antecedentes mientras que en el concurso para la banca dentro del tribunal debe tomarse la prueba correspondiente.

En la instancia del Poder Ejecutivo, es decir, con ternas ya aprobadas por el Consejo, está la vacante para ocupar el juzgado federal 1 de Rosario, dos lugares para el Tribunal Oral Federal de esa localidad y el puesto en el juzgado de San Nicolás.

Mientras tanto, en el Senado de la Nación todavía están para aprobar dos lugares en la Cámara Federal de Apelaciones de Rosario, que es la encargada de revisar procesamientos y prisiones preventivas que se dicten en el marco de las distintas investigaciones federales.