En casi el 60 por ciento de los distritos donde es gobierno, el Frente de Todos perdió las PASO. Pero ni siquiera en aquellos municipios en los que logró la victoria, el oficialismo consiguió anotarse una gran elección.

Para muestra un botón. O, en este caso, dos. Los números obtenidos en Moreno y Merlo quedaron muy por debajo de lo alcanzado en las elecciones de 2019. En ambas localidades, de clara cepa peronista, el Frente de Todos bajó su producción en más de 20 puntos. Lo que se dice una victoria con gusto a derrota.

En los pagos de Mariel Fernández y Gustavo Menéndez, la diferencia lograda a nivel local es amplia pero pobre si se tiene en cuenta los antecedentes históricos de los distritos. En Moreno, el FDT se impuso 39 a 28 y, claramente, no logró pasar la barrera de los 40 puntos. Algo impensado. En Moreno, peor: 38 a 30.

Otro distrito donde no se festejó la diferencia fue en Avellaneda. En los pagos del ministro Jorge Ferraresi, el Frente de Todos bajó el piso a 42 y Junto lo subió a 35 puntos. Un golpe duro para uno de los bastiones del kirchnerismo en el Conurbano.

Sin dudas, la victoria más incómoda se dio en Hurlingham donde el Frente de Todos se impuso por el 0.5 por ciento de los votos. Y ahora deberá enfrentar a Lucas Delfino, el armador de Horacio Rodríguez Larreta que quiere ser intendente de un distrito donde acaba de asumir La Cámpora tras el salto de Juanchi Zabaleta al Ministerio de Desarrollo Social.

En el mismo camino se ubica San Fernando. Allí, María Eva Andreotti, hermana del jefe comunal, ganó solo por 5.5 puntos. Otro fue el caso de Esteban Echeverría. Pese a que Fernando Gray también ganó por un margen estrecho (5 puntos), el intendente había tomado la decisión de presentarse por el Frente de Todos pero cortándose solo sin dejar lugar para el resto de las agrupaciones locales de la interna y sin mostrar un apoyo marcado hacia los candidatos provinciales y nacionales.

En todos los casos, Juntos logró crecer por encima de su media habitual con respecto a las últimas elecciones y se acercó a los números obtenidos durante 2017, cuando era gobierno. De seguir estos números para las generales, los jefes comunales de estos distritos verían perjudicada su gobernabilidad por la repartición de las bancas rumbo al HCD local.