Sin dudas, el resultado de las PASO en Tigre fue una de las grandes sorpresas que se llevó el oficialismo en el Conurbano. El triunfo de Juntos volvió a mover los cimientos de la unidad local y despertó nuevos fantasmas en el camino hacia las generales de noviembre.

El intendente Julio Zamora decidió salir a las calles con más frecuencia y puso en marcha la batería de obras locales en pos de revertir un resultado que no solo lo afectó en la puja directa con la oposición sino también con su aliado de compromiso, Sergio Massa.

El jefe comunal tiene claro que para dar vuelta la elección (el oficialismo cayó por 5 puntos ante la sumatoria de la interna opositora) debe enfocar la elección en lo municipal. Y es por eso que el “operativo territorio” ya está en marcha.

Zamora enfrenta un conflicto triple. Por un lado, ganar una elección en la que lleva como primera candidata a Gisela, su esposa, por lo que en caso de no lograrlo su apellido quedaría completamente adosado en el traspié electoral.

Además, tiene enfrente a un candidato, Segundo Cernadas, que ganó la primaria de Juntos con el 75 por ciento de los votos por lo que el porcentaje de no acompañamiento de la interna es menor y es poco el margen con el que cuenta el intendente para sumar.

En relación a esto, en diálogo con Data Clave, Cernadas sostiene que “el oficialismo a va a recurrir a cualquier cosa para darla vuelta. Y lo que sea implica fraude, pagar votos, llevar gente en ómnibus a votar, dar plata. Pero la gente ya no se come el cuento de la plata. Desde nuestro lado vamos a reforzar la fiscalización”.

En tercer lugar, el jefe comunal tiene por delante el desafío de ganar para no dejar crecer la figura de Massa como el salvador del peronismo local en el camino hacia 2023 donde Gisela Zamora y Malena Galmarini son dos de las principales apuestas entre los ayer amigos y hoy aliados a la fuerza.

Desde varios sectores se está tratando de mostrar que Zamora se quiere despegar de Alberto, y eso no es así. Son operaciones de Massa que después el propio Zamora tiene que salir a desmentir”, le dice a Data Clave un concejal opositor. “Zamora no puede despegar. Si le suelta la mano de Nación, está cagado”, agrega.

Ante este panorama, la relación entre Zamora y Massa podría volver a verse afectada luego del momento de máxima tensión que vivieron en el cierre de listas de 2019 pero que, tras la victoria electoral, bajó las aguas.

Pese a haber armado una lista, en teoría, pareja, con representantes de ambos en la nómina, fuentes cercanas al intendente consideran que “Sergio no movilizó lo propio porque no quiere fortalecerle. Está claro que tampoco le conviene perder porque pierde representación. Por eso juega en la chiquita. Si me preguntás a mí, Massa aprieta el puño si se pierde por un punto”, agregan.

Durante el fin de semana, Zamora salió a la calle en busca de la foto de gestión. Y aprovechó la ocasión para dejar en claro su postura en cuanto a la situación que atraviesa el Frente de Todos hoy: “Hubo un hecho a nivel nacional que creo que nos afectó, que no se tendría que haber dado de la forma que se dio tan públicamente, pero bueno los peronistas somos un poco así, discutimos las cosas de cara a la sociedad y creo que el presidente de la Nación ha manejado con mucha pericia esta mini crisis que se formó en los días posteriores a la elección”.

Habrá que ver cómo se resuelve en lo local esas diferencias que también involucran a peronistas y que lo tienen a Massa y a él como principales referentes.