(Desde la redacción de Data Clave) Desde hace varios días se rumorea la inminente suba en el precio de las naftas, insumos clave para el desarrollo de las actividades productivas y para la movilidad de las personas. La versión consignada por algunos medios este sábado confirmaba que el aumento sería de un 7% y comenzaría a regir durante el transcurso de esta semana.

Sin embargo, la difusión de esta noticia anticipada habría causado malestar en el gobierno, que resolvería finalmente postergar el anuncio para los primeros días de septiembre, con el objetivo de evitar el evidente impacto inflacionario que tendría la suba.

El precio del combustible está congelado desde principios de diciembre del año pasado. Se han dado algunas modificaciones pero fueron por tributos o costos. 

Este primer descongelamiento de las tarifas relacionadas a la energía tras ocho meses sin modificaciones, viene siendo solicitado por las nuevas autoridades de YPF desde que comenzaron su gestión. Esta semana el reclamo se hizo más evidente con declaraciones públicas, pero había cierta resistencia desde algunos sectores del oficialismo. 

El aumento del 7 por ciento es bastante más bajo del retraso que plantean desde el sector (entre un 10 y un 15 por ciento). El presidente de la petrolera con control estatal, Guillermo Nielsen, dijo en declaraciones a Radio 10 que los precios tienen "un atraso significativo" y agregó "peor que la nafta cara es que no haya nafta".

El presidente Alberto Fernández había dado a entender que este descongelamiento se llevaría a cabo, a diferencia de las tarifas eléctricas y de gas que "no van a tener cambios hasta fin de año".

En la Ciudad de Buenos Aires, el litro de nafra súper cuesta $53,47 y la premium $61,69. Los precios varían en las diferentes regiones del país.