Aunque varias señales anticipaban una inminente reacción del dólar blue, que durante dos meses no se movió de la franja de $124-$129, el salto que pegó en los últimos siete días sorprendió a más de un operador en el mercado, sobre todo por la velocidad que imprimió la escalada de $13 (casi 10%) desde el 16 de julio pasado, para alcanzar ayer los inéditos de $140, justo en una semana en la que el mercado comenzó a descontar un acuerdo de la deuda soberana.

De fondo, los restrictivos controles del Banco Central en los mercados oficiales (rige un súper cepo desde fines de mayo en el MULC, muy a cuenta gotas flexibilizado, y pesan varias regulaciones sobre los dólares bursátiles), junto con la fuerte actividad monetaria expansiva para enfrentar la crisis del Covid-19, venían encendiendo las alarmas en una plaza paralela, que, si bien no deja de ser muy reducida o poco representativa, funciona muchas veces como un termómetro de algunas variables de la macro. Pero la estocada final, la dio hace dos semanas la embestida del Banco Central (en busca de reparar algunas filtraciones del cepo) contra los “coleros digitales”, personas que, muchas veces a cambio de una comisión, compraban los u$s200 dólares permitidos en los home banking favor de un tercero. Incluso, la entidad que lidera Miguel Pesce llegó a analizar la posibilidad de impedir a los beneficiarios del IFE a acceder al mercado de cambios.

Ante la aparición de "movimientos inusuales", los bancos -por orden del BCRA- comenzaron a bloquear cuentas electrónicas en dólares, hasta tanto sus clientes presenten documentación que justifique las transferencias. Estos controles contribuyeron a “secar” las cuevas del lado de la oferta, dado que muchos ahorristas o los propios coleros iban con sus u$s200 al mercado negro para hacer el “puré”, esto es, comprar en el oficial y vender en el paralelo para obtener una ganancia con la importante brecha cambiaria (hoy del 40% entre el blue y el dólar solidario, minorista más el impuesto PAÍS del 30%). Quien ayer compró u$s200 en el segmento oficial (a $98,70 en promedio), y los vendió en una cueva (a $135) obtuvo en el día una ganancia de $7.260. Pero evidentemente fueron los menos, ya que la sostenida demanda fue superior, lo que se plasmó en la suba del precio del blue.

Una fuente del mercado describió a Data Clave que “hay cierto nerviosismo porque algunas transferencias en dólares están siendo rechazadas aún si se tratase entre cuentas del mismo titular (de un banco digital a un banco de primera línea). Esta incertidumbre hizo que el dólar informal llegue a niveles máximos históricos”.

Más allá de ese motivo, que explica en gran parte de lo sucedido con el blue en la semana, otra fuente del mercado vinculó el salto en el precio del viernes a un hecho puntual del lado de la demanda. “Muchos extrabajadores de LAN que acaban de cobrar la indemnización en pesos (la empresa anunció el mes pasado que deja de operar en Argentina) se estuvieron pasándose a dólares, lo que alimentó aún más el precio”, preciso un cambista.

Es cierto que en el final de la jornada de ayer aparecieron algunos vendedores y la cotización pasó de $140 a $139. “Me parece raro lo que está pasando con el blue, yo vendí hoy, no necesitaba pesos, pero cuando vi el precio de compra en $135, no lo dudé y vendí”, dijo a Data Clave un economista mediático que pidió no ser mencionado.

Es probable, de todas maneras, que, en los próximos días, como sucede a esta altura de cada mes, se sume algo más de oferta de dólares a las cuevas por parte de individuos y empresas que deben hacer frente a gastos corrientes en pesos, lo que no quiere decir que el precio necesariamente baje ante la actual coyuntura, aunque sí podría acotar la fuerte presión de la demanda. Si observamos, por ejemplo, la última semana de mayo, el paralelo pasó de $129 a $125, mientras que, en el último día de junio, el precio bajó tres pesos, aunque no existía el cepo a los coleros.

Pero lo relevante, en este contexto, es qué pasará más allá de la estacionalidad: el blue en $140, ¿tocó techo, o puede seguir subiendo todavía más? Una primera y fundamental aproximación a la respuesta está en el resultado de la renegociación de la deuda soberana en curso. En caso de un arreglo, operadores vislumbran una menor presión para los dólares alternativos, entre ellos, el blue. Claro, que los inéditos niveles de emisión monetaria podrían actuar como cierto contrapeso.

Paradójicamente, justo cuando el blue se descontrolaba, esta semana el mercado bursátil, con subas en acciones argentinas de hasta 15,5% en Wall Street, y en bonos, de hasta 5%. El mercado comenzó a descontar un arreglo entre el Gobierno y tres principales grupos de acreedores, quienes, a pesar del rechazo a la última propuesta argentina, presentaron una contraoferta conjunta (algo que no había sucedido hasta ahora). Esa contraoferta no es tan distante (apenas u$s3) con respecto a lo ofrecido anteriormente por el país. De hecho, el mercado celebró que los acreedores aceptaron mantener las condiciones legales de cada grupo de bonos, cuando antes pedían el indenture 2005 (letra chica pro buitre) para todos los bonos por igual.

Argentina podría ceder terreno a los acreedores en cuanto a aspectos legales claves para llegar a un acuerdo, dijeron fuentes oficiales esta semana. "Las partes debaten los cambios en las cláusulas antibuitre y las de reasignación. Esta ‘batalla’ es tan relevante como la financiera, ya que implica viejas rencillas entre Wall Street y la academia", señalaron desde Delphos Investment.

Recordemos que el plazo de las negociaciones caduca el 4 de agosto, pero se podría extender un tiempo más, algo que propiciará mayor volatilidad a todo el mercado, dentro del cual el blue podría exhibir en sus precios la temperatura de un eventual paso atrás en las negociaciones.

Por lo pronto, hay algunos números vinculados al blue que no dejan de llamar la atención. Desde que comenzó a gobernar Alberto Fernández el precio del paralelo se duplicó (el 10 de diciembre cotizaba a menos de $70), mientras que en lo que va de la cuarentena (20 de marzo) acumula una suba de $53,50 (63%). A su vez, los actuales $139, casi que triplican el valor del dólar soja ($48). En tanto, la brecha con el dólar mayorista es de casi 94% (en mayo llegó a un pico de 104%), el spread con el dólar solidario es del 40%, y la diferencia con los dólares bursátiles (“contado con liqui” y MEP) llega a casi 20%, la más alta en lo que va del mes.