Es oficial el aumento del 59,3% para la tonelada de biodiésel en su mezcla con el gasoil. La resolución, que había sido anticipada por el Secretario de Energía Darío Martínez, fue publicada en el Boletín Oficial. Además, se confirmó un incremento del 56% en el bioetanol, el biocombustible -a base de caña de azúcar o maíz- que corta a la nafta.

Ambas medidas tienen como objetivo -según el Gobierno- enviar una señal a un sector que en los últimos días se movilizó para se descongelen los precios. Pero además esto es producto del fuerte lobby que viene haciendo el sector para que la Ley de biocombustibles y sus beneficios se prorroguen (vence en 2021) y para que aumente el porcentaje de corte. Todo se da en un momento en el que crece el cuestionamiento a la producción de los biocombustibles por los pocos beneficios que este régimen trae para el país y para los consumidores.

Inevitablemente, esta medida tomada por Energía tendrá un impacto en los surtidores que será en torno al 3%, según comentaron fuentes del sector a Data Clave. Las petroleras aguardarán cuál será el ajuste de precios que realice la estatal YPF para luego actualizar sus valores.

Vale destacar que el Gobierno es quién fija el precio y además determina la adjudicación de los biocombustibles en las petroleras, a quién y a cuánto debe comprarse, lo que acota el margen de las petroleras para el traslado a precios.

Es la primera resolución ejecutada por Martínez en lo que va del año que hoy se oficializó en el BORA. El 2021 será agitado para esta Secretaría, con el Plan Gas y el ajuste en tarifas en el horizonte.

Respecto al aumento en el biodiesel, Energía fijó los nuevos precios de adquisición, que las petroleras están obligadas a comprar para cortar su producción. Se les dará un plazo de 30 días para que cumplan con las facturas correspondientes. Estas medidas son el resultado de varias semanas de negociación entre Martínez y los productores.

Según consta en el texto el biodiesel aumenta ahora de $48,533 a $77.300, en febrero subirá a $86.875, en marzo a  $89.975, en abril a $90.300 para finalmente cerrar en mayo en $92.558.

El incremento de 60% es sorpresivo y está por encima de cualquier referencias de actualización. Por ejemplo, no coincide con la inflación, que entre enero y noviembre de 2020 cerró en 30,9%. Y tampoco con el aumento del valor de la soja, que el año pasado trepó 39,3%. Y por último, se aleja bastante de la evolución del dólar mayorista (40,4%). Suena como un beneficio desmedido.

En el caso del bioetanol, el precio del litro para realizar operaciones en enero trepa a $43.600 por litro, en febrero y  marzo a $47.800, en abril a $49.600 y en mayo, a $51.132. 

Cambios temporales en el corte

Acompañado con el aumento, se anunció una reducción del corte del biodiesel -que es producido a base de aceite de soja- en el gasoil. Actualmente, la Ley dicta que ese porcentaje debe ser del 10%, y se reduciría al 5%, para luego ir creciendo nuevamente hasta retomar al 10% en abril. Esta medida tiene como objetivo reducir la presión que el aumento del costo del biodiesel ejercerá sobre el precio del combustible que pagarán los consumidores finales. 

Pero reducir el corte es cuanto menos curioso, y contradictorio, si se considera que la Ley vigente dictamina ese porcentaje para incentivar la producción ecológica y sustentable de los biocombustibles. 

Industria cuestionada

En línea con estos aumentos, y con el vencimiento de la Ley en mayo de 2021, hay cada vez más cuestionamientos hacia los biocombustibles. Desde diversos ámbitos sostienen que el régimen de promoción aprobado en 2007 concluyó en un costo para el país y para los consumidores, como también para el resto de la cadena de valor de los combustibles. Además, los críticos sostienen que el régimen "ha sido significativamente oneroso, con consecuencias negativas en términos de impacto fiscal, generación de divisas y niveles de competitividad, y con desarrollos dispares en términos de precio y calidad”. 

La Ley 26.093 que en 2007 determinó este régimen de promoción de los biocombustibles incluye beneficios fiscales para la construcción de nuevas plantas para pequeñas y medianas empresas. Pero son varias las reprobaciones que cosechó en los últimos años, sosteniendo que encarece por demás la nafta y el gasoil y que se perdió el espíritu de sostenibilidad que motivó a esta norma. "Cuando el precio del petróleo estaba por las nubes fue una opción válida el corte, hoy con los precios que tiene los commodities del agro ya pasa a ser un costo que impacta en el precio del consumidor", aseguran. 

También hay cuestionamientos desde el sector automotríz. En una carta enviada al ministro de Producción, Matías Kulfas, desde ADEFA advirtieron sobre fallas en los motores provocadas por la mala mezcla de los combustibles fósiles con los biocombustibles. Ahí se apunta al poco control de calidad de los productores de biodiesel y bioetanol.

Estos cambios en los precios se dan en momentos en los que hay un fuerte lobby en el Congreso para prorrogar los beneficios de la ley de biocombustibles y para elevar el nivel de corte de los combustibles que enfrenta a legisladores de las provincias petroleras con los de las provincias agrícolas. Ese lobby lo encabeza Juan Carlos Bojanich, que a través de “seis pymes” se adjudicó el 25% de la producción del biodiesel el año pasado. Bojanich, conocido como el "rey del biodiesel" es un hombre con fuertes vínculos con el kirchnerismo.