El ministro Martín Guzmán, minutos después de que saliera el comunicado de parte de los tenedores de bonos en el que pedían un mayor ajuste fiscal, recibió mensajes de los principales grupos de acreedores despegándose de esas líneas y mostrando una actitud socialmente responsable. 

En los mensajes de whatsapp aseguran que ellos “no participaron de ese comunicado” y que “no representa su visión”. Otro de los mensajes que llegó decía: “Ese comunicado es chiste. No tenemos nada que ver”. Otros aportaban que el documento “busca desestabilizar", según aseguraron en off fuentes oficiales.

“Hoy el diálogo con los acreedores continúa siendo fluido. Inclusive en las últimas tres semanas se hicieron varios encuentros por zoom con muchos de los grupos inversores donde hubo intercambios de visiones”, aseguraron desde el Palacio de Hacienda.

Las palabras oficiales le quitaron así credibilidad a un comunicado en el que los grupos Ad Hoc, Exchange Bondholders y Argentina Creditor Committee apuntaron a las autoridades económicas de Argentina de no haber logrado restablecer la confianza, y que las medidas políticas adoptadas inmediatamente después de la reestructuración de la deuda "han empeorado drásticamente la crisis económica del país”.

Estos grupos proporcionaron “US$ 37.000 millones en alivio de flujo de efectivo”, más una “gran pérdida de valor” con el objetivo de “allanar el camino del país hacia la recuperación de una profunda recesión y la pandemia de Covid-19”. En ese sentido, señalan que el ministro de Economía, Martín Guzmán, y el Gobierno de Alberto Fernández, “deben cumplir con su palabra”.

Para el Gobierno, este supuesto comunicado estaría relacionado con algunos grupos que “quedaron con heridas abiertas por confiar en un modelo que estaba destinado al fracaso, quedando en una posición poco cómoda y porque de alguna forma fue un logro de Guzmán, a quien quisieron bajar reiteradas veces durante el proceso”.

“Lo curioso es que lo que nos están pidiendo es lo mismo que hizo el Gobierno de Macri y no funcionó. No funcionó aquí, ni funciona en ningún lugar del mundo”, aseguraron en el entorno del ministro de Economía.

En el comunicado, esto bonistas le proponían a Argentina romper “con el círculo vicioso”. "Está claro que la intención de tener un déficit primario de 4.5% y un déficit general de 6% en 2021, financiado con la impresión de pesos, es tan dañino para la confianza tanto interna como externa", cuestionaron.