El 30% del stock actual de los pasivos monetarios remunerados del BCRA (leliqs entre otros), se originaron a partir de la “emisión monetaria covid” para financiar un déficit “extra” de 4% del PIB en 2020 (aunque la caída de la economía fue de mas del 10%). De esta manera, por cada 1% del PIB de emisión monetaria en el 2020, el BCRA tiene hoy un 0,91% del PIB de pasivos monetarios remunerados. Los datos surgen de un paper del economista Nadin Argañaraz, Director del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF). 

En el paper, Argañaraz, señala que la crisis económica y financiera que causó el Covid en el mundo y en la Argentina esto se expresó en el aumento del gasto público nacional -atribuible al virus, señala el economista- de 3,5% del PIB y una caída de ingresos fiscales nacionales del orden del 0,5% del PIB. "Dado que Argentina, como otros países del mundo, no tenía ahorros acumulados en épocas de bonanza, todo el déficit primario incremental de 2020 atribuible a COVID fue financiado con emisión monetaria del BCRA", argumentó. 

El análisis de Argañaraz de la deuda que tiene el BCRA ocupa por estas horas un lugar relevante en la discusión de los economistas locales sobre el futuro de las finanzas públicas a corto plazo. Y es que la deuda remunerada superó este 2023 los $10 billones, un récord que preocupa a todo el mercado. El pasivo total del Banco Central supera los $10,004 billones, y está compuesto en un 21% por pases pasivos  y un 78,9% restante por las Letras de Liquidez (Leliq), por las que el BCRA paga una TNA del 75% (TEA del 107,35%). 

El dato habla a las claras de lo que está ocurriendo con las Leliqs, letras que en el mercado todos aceptan que son una bomba de tiempo. En 2022, por caso, los pasivos remunerados pagaron en promedio 151% nominal más que lo que habían pagado en 2021. Los vencimientos de deuda en pesos también suman un factor de incertidumbre en los primeros meses de año y muchos creen que fue la emisión hecha para sostener el dólar soja el que aceleró el proceso. A nadie escapa que los intereses por Leliq y pases trepó el año pasado $3,39 billones. 

La esterilización de $512.000 millones en diciembre pasado fue un éxito para el Palacio de Hacienda, pero enero vence $1 billón y en febrero $1,2 billones, con una participación del sector privado superior al 50%. Un número más que interesante, pero que igual desata dudas dado que los bancos buscan siempre evitar quedar expuestos al riesgo de un reperfilamiento. Massa insiste que el sector bancario cambie su posición en Leliqs por títulos del Tesoro, pero en octubre y noviembre estuvo muy reticente a esa operatoria. 

Lo cierto es que Massa tiene que refinanciar $13 billones ( US$ 37.142 millones), antes de las elecciones. Hasta ahora, dicen en el Palacio de Hacienda, gran parte de la deuda se pudo canjear a títulos que había en organismos públicos. Pero para seguir con esa lógica el BCRA tiene que seguir emitiendo. Algo que ni a Massa, ni al mercado ni a los bancos le parece racional. Pero que a los políticos de la oposición y el oficialismo parece aún parecerles viable.