En octubre las importaciones, que aumentaban a un ritmo del 21% intranual, crecieron en línea con las exportaciones, 15%, merced al aumento del 6% mensual del dólar y las restricciones que impuso el Gobierno a las compras en el exterior.

Pero, así y todo, los dólares que quedan disponibles en el Banco Central son escasos, a pesar de los acuerdos con empresarios, el nuevo sistema de importación, el dólar MEP para los turistas extranjeros, y el Qatar para los argentinos que quieren ir al exterior.

Por todo esto, en las últimas semanas, en el Palacio de Hacienda volvieron a estudiar la posibilidad de implementar un nuevo “dólar soja”, como lo hicieron en septiembre, y que le permitió ingresar solo en ese mes unos US$ 8.200 millones.

Luego de ese aluvión, las ventas se fueron espaciando. En la secretaría de Agricultura y Ganadería saben que ya hay vendidas 27 millones de toneladas de soja y que quedan otros 10 millones en poder de los productores, que, a US$ 500 la tonelada permitiría el ingreso de otros US$ 5.000 millones.

El tema ahora es ¿qué precio le darán a los productores y empresas exportadoras para que lo liquiden? Porque a diferencia de lo que pasó en septiembre, ahora los productores tienen esos 10 millones de toneladas para pagar arrendamientos, insumos y fertilizantes hasta abril, cuando comienza a exportarse la nueva cosecha de maíz.

Otro tema, no menor, es cómo implementarían este nuevo “dólar soja” luego de las restricciones que impusieron para los que participaron en su primera versión.

Hay un dato más, viene por el lado político. Luego de haber obtenido esos US$ 8.200 millones, que le permitió al gobierno cumplir con lo pactado con el Fondo Monetario Internacional (FMI) el diputado Máximo Kirchner, salió al cruce de la medida.

"Las cerealeras nos pusieron de rodillas y hubo que darles otro dólar para que liquiden", dijo el ex jefe de la bancada oficialista, en un acto en Morón.

Más allá de estas declaraciones, el ministro de Economía, Sergio Massa, dejó en claro ayer jueves que la tarea de recomponer reservas nos obligaba a tomar decisiones que pueden resultar incómodas o dolorosas”.

Y fue un paso más adelante al afirmar que “con los incentivos bien alineados”, que no detalló “la capacidad exportadora de Argentina para volver a recorrer el camino de acumulación de reservas está intacta”.