“Una campaña no récord pero sí buena”, definió el IERAL, la casa de estudios de la Fundación Mediterránea, al actual ciclo agrícola que presenta el país, que deja atrás la del 2022/23, afectada por la mayor sequía de los últimos 50 años.

En ese marco, y tomando estimaciones agrícolas de mediados de febrero realizadas por la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, el cálculo alcanza a unas 136.400 millones de toneladas de trigo, sorgo, maíz, soja y girasol producidas en la campaña 2023/24, contra las 78.760 millones del ciclo 2022/23.

Según los cálculos las exportaciones netas, es decir, restando lo que se importa de soja para elaborar en el país, las ventas al exterior de granos, y en menor cantidad de carnes y lácteos, llegarían a US$ 35.500 millones en el 2024, unos US$ 7.500 millones más que el el 2023.

Debido a la menor cosecha, y los bajos precios internacionales “no se llegan a recuperar los flujos que se tuvieron en los años 2021 y 2022”, que dejaron superávit comerciales de US$ 14.751 millones y  US$ 6.923 millones, respectivamente.

Sin embargo, “si los precios internacionales revirtiesen su tendencia y se revalorizasen y/o si los volúmenes de granos producidos superasen los niveles definidos, el valor de las exportaciones será mayor al del escenario, aunque también podría deteriorarse si los valores siguen retrocediendo o cae la producción.