La situación cambiaria llegó a niveles de tensión muy elevados en la semana previa a las elecciones legislativas, con el dólar blue escalando más allá de los $200, lo que se traduce en una muy preocupante brecha cambiaria de 100%, algo que genera más incentivos perversos y aún más desorden a la frágil y oscilante economía argentina.

Al margen de las habituales coberturas preelectorales y la decisión de la gran mayoría de los ahorristas de evitar quedarse en pesos, el mercado aguarda el resultado de las urnas para ver qué reacción tendrá la administración del presidente Alberto Fernández a partir del lunes.

Existe casi unanimidad entre los agentes económicos de que algún aspecto de su actual política cambiaria (1% de suba mensual del dólar oficial, frente a un promedio de 4% de inflación en los primeros 10 meses del año) deberá modificar el Banco Central, que viene de vender esta semana más unos 650 millones de dólares solo en el mercado cambiario mayorista, a lo que se le debe sumar su habitual intervención en la Bolsa para apaciguar el firme apetito por los dólares financieros (el contado con liqui en su versión “más libre” cerró el viernes a $215, tras tocar los $220 durante la semana).

Al mismo tiempo, en términos monetarios, el desequilibrio se ha ido agudizando: en lo que va del año las transferencias desde el BCRA suman $1,36 billones (3,2% del PBI), a lo que podrían adicionarse unos $1,7 billones. (4% del PBI) hasta diciembre, teniendo en cuenta la alta estacionalidad del gasto público en noviembre y diciembre, según estimaciones de Delphos Investment.

En los últimos días, una vez más, el entorno del presidente Alberto Fernández debió salir a insistir en que no hay una devaluación en puerta. "No hay que agitar una devaluación. El lunes (próximo tras las elecciones) es lunes, se gobierna todos los días", afirmó Gabriela Cerruti. La vocera de la presidencia. Ya lo había desmentido en reiteradas ocasiones el ministro de Economía, Martin Guzmán.

En plena escalada del dólar blue, Cerruti: "No hay ninguna posibilidad de devaluación"

Sin embargo, los analistas creen que desde este lunes el dólar oficial empezará a deslizarse con más velocidad (algunos vaticinan cerca de niveles de 3% mensual), mientras que si el BCRA no logra comprar reservas (la estacionalidad tampoco ayuda) no se descarta volver a endurecer más el CEPO cambiario.

En lo que respecta al mercado paralelo, y si se confirman lo que proyectan las encuestas (la mayoría estima que se repetirá el resultado de las PASO), el dólar paralelo debería descomprimir un poco, algo que de hecho ya sucedió el viernes (se desinfló unos $6,50), ante rumores -por ahora infundados- de un eventual desdoblamiento cambiario, la participación de “manos amigas”, y el habitual “puré” en tiempos de brecha alta (comprar en el mercado oficial más barato, y vender en el paralelo).

De todos modos, si no hay señales positivas para el mercado por parte del Gobierno (por ejemplo, mayores certezas sobre las negociaciones con el FMI, e indicios más claros sobre la hoja de ruta a seguir en la política económica), la tendencia al alza se mantendrá. A su vez, no se debe descartar que, si el oficialismo logra mejorar el resultado de las PASO, el blue se mantenga por encima de los $200, y se gatille una mayor aversión al riesgo entre los activos argentinos.

Estado de situación y escenarios

“Hay un desequilibrio macroeconómico que se va agudizando, en términos monetarios, con bajo nivel de reservas, una ausencia de expectativas hacia delante, la incertidumbre en torno a cómo va a ser el acuerdo con el Fondo, cuál va ser el tipo de cambio y tasa de interés post elecciones. Entonces todo eso pasa factura en términos de la toma de cobertura que está haciendo el mercado”, comenta a Data Clave Federico Furiase, economista de Ank. Para el economista, esa presión cambiaria “va a continuar hacia delante”. Y para moderarla tras las elecciones, “va a ser clave que el gobierno se coordine y dé una señal concreta de que va a cerrar un acuerdo con el Fondo en tiempo y en forma”.

Por su parte, Gabriel Caamaño, economista en la Consultora Ledesma, sostiene a este medio que “lo que el mercado ve es que no es sostenible este estado de situación monetario-cambiario con un BCRA teniendo que proveer para sostener el precio y las brechas en todos los segmentos y, al mismo tiempo, apalancando esa presión con tasas en pesos negativas hace más de un año e inyectando liquidez a un ritmo muy acelerado para financiar al Tesoro”.

Desde hace meses, los economistas siguen muy de cerca la evolución de las reservas líquidas, y según las últimas estimaciones se ubicarían en torno a los u$s1.000 millones. “Las reservas están muy justas y el acuerdo con el FMI viene retrasado. Ergo, los tiempos son más cortos”, advierte Caamaño.

Para Furiase, en tanto, la clave para descomprimir la tensión pasa por “comenzar a ajustar el déficit fiscal, aumentar la tasa de interés, mover un poco más rápido el tipo de cambio oficial para intentar cerrar la brecha, en el marco de un programa con el Fondo”. De todos modos, alerta que, al día de hoy, “la alineación de la política oficial parece muy lejos”, y “los tiempos del mercado generalmente suelen no coincidir con los tiempos de la política”.

Dado este panorama, existe un consenso respecto a que se vienen correcciones, pero lo que no se sabe exactamente es qué intentará el Gobierno, de qué manera y en qué tiempos. “Tampoco se sabe quién o quiénes lo van a pergeñar e implementar, en un gobierno con una credibilidad tan desgastada, lo que prácticamente lleva a descartar la opción de un plan de estabilización serio”, señala el economista de la consultora Ledesma.

“Si la política demora más de la cuenta en anclar expectativas en términos de un acuerdo con el Fondo, en tiempo y en forma, las chances de que ese desequilibrio macroeconómico termine agudizando la presión cambiaria y acelerando la inflación, no son bajas”, avisa el economista de ANK.

En definitiva, para crear las condiciones en pos de edificar una macro sostenible en el tiempo y avanzar hacia un plan económico integral, que alivie las constantes tensiones cambiarias, será fundamental empezar a encontrar algunos consensos, primero en el seno del oficialismo, y luego, más allá de la coalición gobernante. “En Argentina se necesita mucha más claridad, más anclaje político y credibilidad", dijo esta semana en declaraciones radiales Javier Timerman, socio de la consultora AdCap. El primer paso será tener conciencia de ello a partir del lunes, pero no solo dentro del oficialismo.