“En palabras simples, lo que tiene olor a dólar, se compra”, destacó Analytica en un reciente informe donde da a conocer que la combinación de elevada inflación brecha cambiaria, e incertidumbre política “generan incentivos para estos comportamientos en las empresas y familias”.

“La plata quema; mejor usarla”, destacó la consultora que dirige Ricardo Delgado y apuntó a que “el cepo alienta adquirir bienes de consumo importados, es una oportunidad, en especial teniendo en cuenta las expectativas de cambio de régimen macroeconómico y/o devaluación de shock”.

Sin embargo, este comportamiento no se extiende a las industrias debido a que “la incertidumbre, las distorsiones asociadas a los controles de capitales y la alta inflación no redundan en un buen desempeño de la producción de bienes transables”.

Esto se refleja en una demanda en “lista de espera” para comprar autos, la compra de electrodomésticos en 12 cuotas, para que las “licuen” la inflación, y hasta en recitales de artistas internacionales llenos con entradas a precios internacionales.

Por el lado de las empresas, existe una avalancha de importaciones. En el primer cuatrimestre del año el intercambio comercial dejó un superávit de US$2.830 millones, por debajo de los US$4.000 millones de enero abril del año pasado, a pesar de tener mejores precios que en el 2021.

La diferencia está en las cantidades. Mientras que la facturación por exportaciones aumentó 28,5% a unos US$ 6131 millones como resultado de las suba de solo el 4,8% en las cantidades y del 22,5% en los precios, las importaciones se incrementaron 41,6%, a US$7.303 millones por un alza de 21,7% en las cantidades y de 16,4% en los valores. Todo esto se dio en el marco de un crecimiento del intercambio.

¿Y en la parte baja de la pirámide? según los datos fueron difundidos por la consultora Focus Market, el consumo masivo en los comercios de cercanía tuvo en abril – la última medición- la mayor caída porcentual interanual de los últimos diez meses, con una retracción del 8,7% que dejó un saldo negativo del 3,1% en el primer cuatrimestre.

Su titular, Damián Di Pace, indicó además que el consumo en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) "cae más que en el interior del país".

En ese sentido, señaló que, en promedio, una familia tipo requiere unos $42.500 para hacer frente al pago de una canasta básica alimentarias considerando el programa Precios Cuidados y que por fuera de ese plan, el valor de esa canasta asciende a $45.000, pero con $7.000 a $8.000 adicionales ya sea en la Ciudad de Buenos Aires y el primer cordón del conurbano bonaerense.

“Los ingresos de las personas corren por detrás de los precios que reciben en góndola", expresó Di Piace al tiempo que agregó que la caída del consumo se da en todas las familias de productos.

El saldo negativo del 3,1% en el primer cuatrimestre se compuso de caídas del 0,6% en Bebidas, 1% en Limpieza, 6,3% en Alimentos y 7,4% en Cuidado personal.

En su informe, Di Pace indicó que “las paritarias, en el esfuerzo de intentar compensar la pérdida de poder adquisitivo del salario, incorporan a 9 millones de argentinos”, pero el resto “no conoce qué es una paritaria y viven con el ingreso no constante de su trabajo, emprendimiento o pequeño comercio”.