Entre U$S 17.500 millones y U$S 20.000 millones –según quién haga el número– es la pérdida en exportaciones que registrará este año Argentina por la sequía que afectó al sector agrícola.

Cuando se esperaba una “recuperación” en la producción para fin de año, merced al fin del ciclo de “La niña”, y la concurrencia de mayores lluvias, la realidad puso otra vez en peligro la producción.

Según el último informe de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) la “zona núcleo” estaría en condiciones de sufrir "pérdidas masivas" de trigo del ciclo 2023/24 debido a la sequía que está afectando sectores de la región.

La estimación de la BCR calcula que la cosecha de trigo estará en el orden de las 15 millones de toneladas, por encima de las 11 millones del ciclo anterior, fuertemente afectada por la sequía, pero muy lejos aún de las 23 millones de la campaña 2021/22.

Del millón de hectáreas sembradas en la zona agrícola núcleo, “hay 400.000 en condiciones regulares, y 100.000 en malas”, destacó el informe de la BCR, que advirtió que, ante la magra calidad del cultivo “se presentan los primeros lotes pastoreados", es decir, que en lugar de ser cosechados, se aprovechan como alimento para ganado.

Esta pérdida “representarían en U$S 900 y U$S1.000 millones, según quién haga la cuenta”, destacó Marta Nahmias, de Agrícola Ascensión.

La sequía en el hemisferio sur “también afecta la producción de trigo de Australia, que es el proveedor natural de los países asiáticos, por lo que un recorte en esa cosecha permitiría mantener los valores y compensar, un poco, con precio lo que se pierda por cantidad” cosechada, dijo Nahmías a Data Clave.

Más allá de estas especulaciones, la BCR señaló que: "El cultivo depende solo de nuevas lluvias", que comenzarían a partir del martes.

Pero el informe agroclimático que la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BdeC) publicó el miércoles, señaló que "la mayor parte del área agrícola argentina (...) recibirá precipitaciones escasas a nulas (menos de 10 mm)" en los próximos siete días.

La situación se agrava porque la falta de luvia también provoca demoras en la implantación maíz de siembra temprana, que, sin agua en el corto plazo, podría ceder hectáreas a la soja.

La BCR prevé una cosecha de maíz de 56 millones de toneladas, producto de 8,5 millones de hectáreas.