Familiares de Valentino Blas Correas despidieron este viernes al joven que murió tras recibir una bala de la policía en Córdoba. Una alta fuente de la fuerza brindó a este medio todos los detalles del caso y contó qué se sabe a 36 horas de los hechos, a partir de una reconstrucción realizada con imágenes de las cámaras de seguridad, testimonios de los efectivos que dispararon y declaraciones de los jóvenes que iban en el auto con la víctima.

En base al relato, se confirma que los dos efectivos detenidos y acusados de homicidio agravado por el uso de armas balearon el auto donde iban Valentino y sus amigos. Sin embargo, a diferencia de lo que se creyó inicialmente no hubo persecución. Los disparos “se produjeron en un solo tramo del trayecto, en una sola secuencia de todo el recorrido”. Fueron al menos cinco proyectiles de dos efectivos que realizaban un cerramiento: un operativo para detener al vehículo donde iban los jóvenes.

CÓMO SE LLEGÓ HASTA ESE PUNTO

La fuente cuenta que existen dos versiones de lo ocurrido en los instantes previos a la decisión policial de abrir fuego. La querella y los acusados coinciden en que el Fiat Argo blanco iba a alta velocidad. Los chicos, frente a las autoridades, declararon que escapaban de motochorros que los habían agredido y habían intentado robarles. El primer puesto de control que esquivaron estaba aproximadamente a 200 metros del lugar donde habría ocurrido el ataque de los motociclistas que investiga la Justicia. También declararon que las personas que iban en la moto patearon el auto y rompieron un espejo retrovisor, y que por eso huyeron asustados a toda velocidad.

Los policías del puesto de control que evitaron los jóvenes declararon que dos personas a bordo de una moto les dijeron, momentos después de que el Fiat Argo “se diera a la fuga”, que quienes iban en ese vehículo eran entre 5 o 6 delincuentes que habían querido robarles. La versión policial sostiene que en ese momento existió una comunicación entre los efectivos del retén y dos patrullas. Se ordenó allí un operativo de cercamiento para detener al auto de características similares al que había eludido un control y que los automovilistas habían denunciado.

El alto mando policial, que estuvo en contacto con las imágenes de los domos con las que trabaja la Justicia, cuenta que según la versión de los efectivos que dispararon “dos patrullas que estaban haciendo el cerramiento vieron venir al auto y le hicieron señas para que parara”. Que en ese momento el joven conductor, amigo de Valentino Correas, habría aminorado la marcha, pero que, al verse rodeado por los agentes, habría vuelto a acelerar. “Ahí se abrió fuego”, según la fuente a la que accedió este medio. Había dos patrulleros y dos policías por cada uno. De los cuatro efectivos, se comprobó que dos dispararon y en el lugar se encontraron cinco vainas servidas. También los hechos confirmados por la propia fuerza ratifican que la bala que mató al chico de 17 años provino de un arma de la policía.

Una cámara de seguridad ubicada donde se produjeron los disparos podría brindar a los agentes imputados por homicidio un argumento al que se aferrarían frente a la Justicia. La fuente afirma que tras ver las imágenes del domo, se pudo interpretar que los efectivos hayan percibido que se enfrentaban a delincuentes que querían embestirlos y no a un grupo de jóvenes de 17 años asustados. “Los policías se corrieron, los chicos evitaron a los patrulleros y allí, al pasar el auto, les propinaron los disparos”.

La fuente cree que no se debió tirar, que los agentes nunca debieron haber abierto fuego. Que en una situación así no se dispara. Y que por tal razón, el fiscal interviniente imputó y puso presos a los policías.

La noche fatal de los chicos empezó con unas cervezas en un bar y terminó en un megaoperativo con uno de ellos muerto en el asiento trasero del auto. Según la versión policial, eran cuatro hombres y una mujer. Después del bar, se dirigían a la casa de un amigo cuando transcurrieron los hechos ya relatados. La fuente que reconstruyó los hechos cree que entre el episodio con los motociclistas y la detención final del Fiat Argo con un joven moribundo, todo fue desesperación. En el medio, los jóvenes quisieron que atendieran a su amigo en una clínica, pero no los recibieron. En la intersección Corrientes y Chacabuco, centro de la Ciudad de Córdoba, arriba del vehículo quedaban tres personas: Valentino Blas Correas herido de muerte, el conductor y la acompañante. Se cree que dos de los chicos bajaron antes. “Fueron las ambulancias y constataron la muerte”.

Según el testimonio al que accedió Data Clave, los jóvenes protagonistas de esta historia “son chicos de bien en mi humilde apreciación” que enfrentaron una situación shockeante. El caso estremece por la brutalidad con la que actuaron los policías. Se da en el marco de una serie de abusos de las fuerzas de seguridad y vuelve a poner el accionar de los efectivos y los protocolos de actuación bajo la lupa, cuando aún la masacre de Monte está viva en la memoria colectiva. Lo concreto es que Valentino Blas Correas tenía 17 años, salió con sus amigos a tomar algo y terminó muerto, con una bala de la policía alojada en su espalda.