Es una tesis aceptada en el mundo académico, que cuantos más tiempo los chicos permanezcan en las aulas podrá mejorar su desempeño escolar y el proceso de aprendizaje. Por eso es que se fija un mínimo de días de clase por año.

Pero como la Argentina es un país federal, cada provincia es la que decide la extensión de su calendaria escolar de acuerdo con la situación geográfica y social de cada distrito y las negociaciones con todos los estamentos involucrados.

Desde hace unos años está instalado en la comunidad escolar que lo ideal es llegar a 190 días de clase por año en todas las provincias. Se trata de un mínimo para las escuelas de gestión estatal, ya que los privados pueden tener doble jornada o más días de clases.

Desde el Ministerio de Educación, por ejemplo, el año último se impulsó que se agregara una hora más a cada jornada escolar, que en la actualidad es sólo de cuatro horas en las escuelas de gestión estatal.

“En definitiva, se trata de un plan que contempla más años de escolarización, sumado a los 190 días de clases y al incremento en las horas. Son más años y más días de clase, esto es la clave y es lo que hay que hacer”, dijo en su momento el ministro de Educación nacional, Jaime Perczyk, al anunciar la iniciativa. 

Hace 20 años, en 2003, se sancionó la Ley 25.864 que fijaba un mínimo de 180 días de clases para todas las jurisdicciones. Sin embargo, el año último en el Consejo Federal de Educación se estableció el compromiso de llegar a 190 días de clases este año. 

Pero apenas un puñado de provincias podrán cumplir con ese compromiso en el año escolar que ahora se inicia. De acuerdo con un informe de la organización Argentinos por la Educación, sólo la ciudad y la provincia de Buenos Aires, Chaco, Córdoba, Misiones y Neuquén prevén 190 días de clase en el nivel primario en 2023, de acuerdo con lo que se había acordado en el Consejo Federal de Educación.

El informe elaborado por Gustavo Zorzoli (educador y exrector del Colegio Nacional Buenos Aires), Martín Nistal y Eugenia Orlicki (Observatorio de Argentinos por la Educación) releva los días de clase programados oficialmente por los ministerios provinciales, no su cumplimiento efectivo. 

Es decir, que una provincia prevea más días teóricos que otra no implica necesariamente que vaya a tener más días efectivos de clase. Las cifras del informe surgen de contabilizar la cantidad de días de clase previstos de acuerdo al inicio y finalización del ciclo lectivo en cada provincia. 

De este total se restaron los feriados nacionales y provinciales, el receso invernal y, en un segundo escenario, las jornadas pedagógicas (excepto cuando se aclara que las clases se desarrollan normalmente).

“En 2023, los estudiantes argentinos de primaria tendrán un promedio de 185 días de clase, según surge de los calendarios escolares planificados por las provincias, teniendo en cuenta los días de vacaciones, los feriados nacionales y provinciales y las jornadas institucionales”, dice el trabajo. 

De todos modos, hay un dato alentador. Ese promedio es superior al de años previos: en 2022 se planificó un promedio de 184 días de clase, mientras que en 2021 fueron 180 y en 2020 fueron 178 (por debajo de lo establecido por ley).