En la madrugada del 1° de enero de 1994, Nancy Mestre fue asesinada por su novio en Barranquilla, Colombia. Dos años más tarde, Jaime Saade fue condenado a 27 años de prisión por violación y homicidio en un juicio en ausencia, ya que se habia fugado del país a las pocas horas de matar a la joven.

Desde entonces, el padre de Nancy, Martín Mestre, dedicó su vida a buscar al asesino. Y lo encontró. Fue ubicado en Belo Horizonte, Brasil, y arrestado por Interpol en 2020, en la ciudad donde vivía con otra identidad, Henrique Dos Santos Abdala, junto a una esposa e hijos.

Pero el Supremo Tribunal Federal (STF) de Brasil resolvió en octubre de ese año negar la extradición de Saade a Colombia, con el argumento de que para la justicia brasileña por el tiempo transcurrido desde el homicidio el caso había prescripto.

De todos modos, Mestre no se dio por vencido y realizó una nueva presentación ante el tribunal. Y esta semana la corte resolvió estudiar la petición ya que la decisión anterior se basó en la prescripción en Brasil de la sentencia condenatoria emitida contra Saade en 1996, aunque no se tuvo en cuenta la legislación colombiana, donde ocurrió el crimen y que Saade tiene esa misma nacionalidad.

“Es una decisión nunca antes vista, pues, según la versión de mis abogados, el Tribunal Supremo de Brasil nunca había dado reversa en una decisión de esa naturaleza jurídica o del reglamento interno de la Corte. De once magistrados seis votaron a nuestro favor. Este es mi primer triunfo después de tres décadas”, dijo al diario El Heraldo, Mestre, de 81 años.

Según el diario El País, “la decisión de la Corte brasileña de convocar una audiencia virtual la próxima semana para decidir si le retiran a Saade el pasaporte e impedir así su salida de Brasil es una bocanada de aire. Después, deberán decidir si el fallo sobre la extradición fue justo o debería revocarse”.

En la madrugada del crimen, Nancy había celebrado el Año Nuevo junto a su familia. Luego fue a casa de su novio. Su padre le había pedido que regresar antes de la 3. Cómo no lo hizo fue a la casa de Jaime a buscarla.

Allí encontró a la madre del novio limpiando un charco de sangre. La mujer le dijo que Nancy se había querido suicidar y que la habían llevado a una clínica. La verdad era otra.

Según se comprobó, Jaime violó a Nancy y la mató de un tiro en la cabeza. Su familia trató de ayudarlo a encubrir el crimen y llevaron a la joven envuelta en una sábana hasta el sanatorio. El joven aprovechó esas horas para irse para siempre de Colombia.