Sin dudas, el Conurbano es un generador de ideas inagotables. Basta con ver poner la palabra en cualquier buscador para acceder a la gran cantidad de iniciativas que se desprenden de uno de los universos más atractivos y convocantes no solo de la provincia de Buenos Aires sino también del país.

En esta oportunidad un joven varelense de 20 años se puso al frente de un proyecto innovador con el que obtuvo una gran repercusión en las redes sociales que lo llevaron a ir por más y, en definitiva, a termina de armar una iniciativa que, sin dudas , exponen gran parte del potencial creativo dentro del mundo de la tecnología.

El GTA del Conurbano: un varelense creó un videojuego que mezcla libertad y violencia

Con Conur Life, Lucas Varela tomó como referencia directa al GTA, uno de los videojuegos más solicitados, para darle vida a una versión local de un juego que ya se convirtió en clásico. Luego de 8 meses de laburo, el joven programador concluyó con un experimento que primero, como aseguró, comenzó como “una pavada”, pero que al subirlo a YouTube, se volvió viral y la gente comenzó a hacer fuerza para que lo saque.

“La gente está enloquecida. Pensé que se iba a quejar por errores, pero todos me apoyaron. Las reseñas de Play Store me dan de 5 estrellas. Algunos me ponían que era el mejor juego que jugaron”, le dice Tejada. Y agrega que “mi expectativa es poder ir sacando actualizaciones del juego cada dos semanas”.

Conur Life en concreto es un juego basado en el Conurbano pero con clara referencia a Florencio Varela, donde vive Tejada. Más precisamente, Barrio Chacabuco. “Es el lugar que tiene los aromas de mi infancia”, sostiene. Y asegura que “las estructuras del barrio están muy reflejadas. Por suerte hoy el barrio está mucho mejor aunque mi calle todavía no está asfaltada”.

El protagonista del juego se llama Alexis y su función es ir aniquilando todo a su paso mientras cumple distintas misiones por el barrio San Hugo, nombre elegido tejada en honor a su abuelo. . “Siempre me dijo que me veía bien. Me da mucha pena no poder mostrarle lo que logré”. Y suma que “los alrededores de mi vida están acá. Siempre fue un barrio de chicos, de jugar en la calle. En algún momento agarré la computadora y el día que pude tener una mejor, por suerte mi familia pudo hacer el esfuerzo”.