Tres policías fueron declarados culpables en el juicio por el homicidio de Matías Banuera, un adolescente de 14 años asesinado de un disparo en la cabeza por uno de esos efectivos, en julio de 2017 en el partido bonaerense de Quilmes.

El viernes próximo se conocerán las penas para cada uno de los ahora condenados, después de que se los encontrara culpables del crimen.

El principal imputado es Cristian Mariano Alejos, quien al momento del hecho era agente de la Unidad Táctica de Operaciones Inmediatas (UTOI) de la Policía Bonaerense y afronta cargos por el delito de "homicidio calificado".

Según las fuentes, el fiscal de juicio Sebastián Videla y los abogados de la Comisión Provincial por la Memoria (CPM) como querellantes del proceso, solicitaron que Alejos fuera condenado a prisión perpetua por ese delito, el cual está agravado por su condición de policía.

También solicitaron que sea hallado culpable de la tentativa de homicidio agravado en perjuicio de un amigo de Banuera, que estaba con él al momento del hecho.

Mientras para los otros dos policías, Maximiliano Aguirre y Lucas Bullosa, la fiscalía pidió sendas penas de 3 años de prisión por "encubrimiento agravado", al tiempo que la querella requirió seis años de pena.

Por su parte, la defensa de los policías, en especial la de Alejos, argumentó que se trató de un caso de legítima defensa o de exceso en la misma.

Tras los alegatos, en la audiencia de ayer, el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 2 de Quilmes adelantó su veredicto condenatorio para los tres acusados, aunque el delito y la pena que les cabe a cada uno las dará a conocer este viernes al mediodía.

Por el caso hubo otro efectivo, Manuel Argañaraz, quien en diciembre de 2020, en el marco de un juicio abreviado, acordó una condena de dos años y ocho meses de ejecución condicional por encubrir el crimen de Banuera.

El crimen ventilado en el debate ocurrió el 29 de julio de 2017, cuando el adolescente asesinado se encontraba junto a un grupo de amigos en la esquina de Vélez Sarsfield y 402 bis, de la localidad quilmeña de Ezpeleta, en el sur del conurbano, y fueron abordados por cuatro policías que estaban fuera de servicio y salían de una casa donde se festejaba un cumpleaños.

Los efectivos acusaron a estos chicos de intentar robar una moto de una vivienda del barrio y en esas circunstancias dispararon contra ellos, a raíz de lo cual Banuera fue alcanzado por un disparo en la cabeza que le provocó la muerte.

Por su parte, la otra víctima, Franco, permaneció junto al baleado y pidió ayuda a los vecinos para que llamaran a una ambulancia.

Sin embargo, a partir de tareas investigativas, la fiscal que instruyó la causa, Ximena Santoro, descartó la versión de los policías y los acusó del homicidio y el encubrimiento del mismo.

Posteriormente, un peritaje demostró que el balazo recibido por Banuera fue efectuado por el policía Alejos, aunque al menos tres de los efectivos fueron los que dispararon.