Los investigadores del doble crimen de dos hermanas en Córdoba, a manos de uno de sus hijos y otro joven familiar, buscan en la misma vivienda los restos del padre de la víctimas, quien falleció meses atrás.

Los restos de la mujeres fueron encontrados en un pozo de agua, a unos 60 metros de profundidad. Tenían heridas de bala y puñaladas, por lo que la policía continuaba este miércoles explorando la vivienda en busca de las armas empleadas para cometer el doble crimen.

Por el doble crimen permanecen detenidos el hijo de una de ellas y otro joven familiar, aunque en principio se había dicho que eran hermanos.

Fuentes vinculadas a la pesquisa también dijeron que se sospecha que podría haber otros cuerpos enterrados, entre ellos el del padre de las víctimas que habría fallecido meses atrás, aunque por el momento no se obtuvo documentación que lo acredite.

Los voceros informaron que la casa era habitada por una familia disfuncional, con integrantes con enfermedades mentales, en un entorno donde se habrían producido abusos y posibles nacimientos y fallecimientos que no fueron documentados.

Este miércoles, un equipo especializado de la policía cordobesa continuaba trabajando en el terreno del domicilio situado en la calle Oscar Cabalén al 6.600, del barrio Autódromo, en el noreste capitalino, donde el martes, tras dos días de búsqueda, encontraron los cuerpos de las hermanas identificadas como Esther (41) y Sara Castro (39), a casi 60 metros de profundidad en un pozo de agua.

La fiscal de Violencia Familiar Andrea Marín, a cargo de la causa, ordenó que se siga excavando en las profundidades del pozo en busca de elementos de prueba para aportar al expediente en el marco del cual están acusados Ismael Castro (20) y Esteban Castro (24).

La decisión de seguir excavando tiene que ver con la búsqueda de un arma blanca y de fuego, ya que, según los datos preliminares de la autopsia, los cuerpos presentaban signos de apuñalamientos y orificios compatibles con balazos, añadieron los informantes.

Asimismo se constató que los cadáveres no se encontraban descuartizados como supuestamente manifestó uno de los acusados cuando confesó los crímenes.

El equipo de DUAR también comenzó esta mañana a perforar otras zonas del terreno de la vivienda ante la sospecha de que podría haber otros cuerpos enterrados, mientras que otro grupo busca documentación que acredite la identidad y los vínculos entre las víctimas y los detenidos, debido que hasta el momento los lazos familiares aún no se pudieron determinar con exactitud.

A esos efectos se remitieron oficios al Registro Civil y a otros organismos públicos, a quienes se les pidió también que informen si hubo otros nacimientos y fallecimientos registrados en el seno de esa familia.

Los acusados serán sometidos a pericias psiquiátricas y psicológicas para establecer sus capacidades cognitivas y si están o no en condiciones de afrontar un proceso.

El caso comenzó a investigarse el sábado pasado cuando los dos imputados fueron interceptados por una patrulla policial cuando caminaban por la ruta de la Altas Cumbres acompañados de cuatro menores de edad.