Mafalda Secreto, la mujer que mató de un tiro y descuartizó a su pareja en 2019 en la ciudad bonaerense de Colón y el lunes fue absuelta por el homicidio al entender la Justicia que actuó en legítima defensa por ser una víctima permanente de violencia de género, aseguró hoy que a pesar del fallo no se siente libre y afirmó que están "en riesgo" su familia y los testigos.

A través de su abogada, Raquel Hermida Leyenda, Secreto (65) difundió hoy una carta dirigida a los periodistas.

"Hoy, mi nombre es tristemente conocido por un homicidio que me vi obligada a cometer ante una situación excepcional y extrema", inicia el texto al que accedió Data Clave.

"Ayer y gracias a los fundamentos de mi abogada, el Tribunal falló mi absolución por legítima defensa. A pesar de ello no soy libre, mi ex pareja tenía muchos contactos por su actividad de narcotraficante", denunció la mujer.

En referencia a su expareja, José Luis Arenas (60), Secreto agregó: "Me amenazaba con delincuentes y hasta con el mismo Ministerio Público. Importantes Estudios Jurídicos y Escribanías lo protegían".

"Hoy siguen en riesgo mi familia y los testigos que declararon. Por eso y para protegerlos decidí no dar entrevistas. Espero sepan comprender mi situación de vulnerabilidad que puede extenderse más allá de Casación. Muchísimas gracias y mil disculpas", culmina la carta de la mujer.

Ayer, el Tribunal Oral Criminal (TOC) 1 de Pergamino, integrado por los jueces Guillermo Mario Burrone, Gladys Hamué y Alejandro Salguero, absolvió a Secreto al considerar que la imputada "se defendió" de los ataques constantes de violencia de género de los que era víctima.

"No es cierto que haya contado con otra salida, este hecho sucedió en un contexto de legítima defensa", consideraron los jueces en una de las frases de sus fundamentos.

En la sentencia, que fue dada a conocer ayer y que coincidió con lo solicitado por la abogada defensora Hermida Leyenda, los magistrados hicieron referencia directa a la situación de violencia que sufría la mujer, al destacar que Arenas "controlaba y disponía de la vida de Secreto", la cual "se encontraba bloqueada directa e indirectamente".

Al respecto, el tribunal añadió que "Secreto padecía violencias de todo tipo, de manera reiterada, constante y en aumento" y que se encontraba en "una clara posición de inferioridad física y psíquica respecto de su agresor".

En ese contexto, los magistrados resaltaron que las particularidades del caso "requirieron redefinir la necesidad de la acción defensiva" e instaron a "buscar otro tipo de resolución" a la propuesta por el fiscal Ignacio Uthurry, quien en sus alegatos había pedido que Secreto sea condenada a 18 años de prisión por "homicidio agravado por la relación de pareja en estado de emoción violenta".

"Las agresiones constantes que sufría Secreto generaban un peligro latente para sus bienes jurídicos, por lo que, ante esa situación de peligro, era posible emprender una acción defensiva en cualquier momento. Secreto utilizó el único medio del que dispuso para terminar con los ataques en su contra y proteger su integridad psicofísica", concluyeron.

Arenas fue hallado asesinado y descuartizado el 1 de junio de 2019 en una vivienda ubicada en la calle 11 entre 50 y 51, de Colón, localidad ubicada a 50 kilómetros de Pergamino.

Según la pesquisa, esa mañana Secreto fue a la casa de su hermano para decirle que había asesinado a su pareja y que necesitaba ayuda para deshacerse del cadáver.

Horas después, el hombre se presentó en la comisaría local para informar el homicidio a la Policía.