La organización del Mundial de Fútbol en Qatar llama la atención en buena parte del mundo porque los usos y costumbres en su sociedad son en muchos sentidos muy diferentes a lo que se conoce como la vida “occidental”.

Con una mayoría de la población musulmana, la legislación se rige por los rigurosos principios del Islam, entre los cuales el más difundido, como lo recuerdan a diario los enviados argentinos de la televisión, es la prohibición del consumo de alcohol.

Pero hay cuestiones mucho más graves. En esa misma línea, los derechos de la mujer, por ejemplo, se encuentran muy restringidos. No existen, por caso, leyes que protejan a las mujeres de la violencia doméstica.

Además, las mujeres están sometidas a la tutela masculina por lo cual deben pedir permiso a sus “guardianes” (padre, esposo, hermano, etc.) para decisiones importantes como casarse, viajar y estudiar en el extranjero (hasta la edad de 25 años) o trabajar en empleo público.

"Somos un país apasionado por el fútbol y justamente por eso queremos que todas las personas puedan disfrutar del Mundial. En Qatar, las mujeres, diversidades y personas migrantes tienen un margen muy limitado para defenderse y actuar por sus derechos. Cuando lo hacen, en las calles o en las redes, enfrentan intimidaciones y agresiones por parte de la sociedad o son sometidas a prisión y castigo por parte de las autoridades. Por eso, en Amnistía Internacional miramos donde hay que mirar para garantizar los derechos humanos de todas las personas, advirtió Mariela Belski directora ejecutiva de Amnistía Internacional Argentina.

Pero si bien se podría creer que la situación respecto de las mujeres en la Argentina y Qatar son bien diferentes, la situación no es tan así en lo que respecta al matrimonio infantil, según advierte la Fundación para Estudio y la Investigación del la Mujer (FEIM).

“El casamiento y las uniones entre niñas y varones de más edad no es un fenómeno exclusivo de regiones lejanas, como suele creerse. En realidad, está mucho más cerca de lo que pensamos y así lo confirman las estadísticas: mientras que según la organización Girls not Brides (Niñas, no esposas) en Qatar 4% de las menores de 18 años están casadas, en Argentina la cifra trepa al 4,7%”, advierte la entidad.

Un trabajo realizado por FEIM hace dos años advertía que “el matrimonio/ unión infantil es considerado una forma de violencia de género contra las niñas y una forma de matrimonio forzado. Los Comités (de expertos) advierten que se han casado/ unido niñas sin su consentimiento pleno, libre e informado, por ser demasiado jóvenes para encontrarse física y psicológicamente preparadas para la vida adulta y/o para tomar decisiones conscientes e informadas”.

Las uniones /matrimonios infantiles, especialmente en las de menos de 15 años son una realidad que afecta a miles de niñas, especialmente en el norte del país”, explica Mabel Bianco, presidente de FEIM. Y agrega que “estas niñas abandonan la escuela, tienen hijos a edades más tempranas y padecen más violencia por parte de sus parejas”.

“Si bien el embarazo adolescente es una preocupación por parte de las autoridades y la sociedad en general, no se ve detrás de esos embarazos las uniones /matrimonios que existen y es así como se naturaliza esta forma de violencia que implica la limitación de la capacidad de decidir sobre su futuro y su vida de estas niñas”, agrega.

“Al igual que frente al embarazo y la maternidad en la adolescencia, nos debe preocupar que ocurra por accidente o porque no se supo evitar. Y, al igual que en otras formas de violencia, la judicialización no es la solución. Debemos desnaturalizar todas las formas de violencia de género, y ésta es una de ellas. Las propias niñas, cuando se les pregunta que les dirían a sus amigas o hermanas que se unen precozmente, dicen: Cuidado”, concluye Bianco.

El trabajo de la entidad señala que la frecuencia más alta de matrimonios y uniones infantiles se presenta en tres provincias: Misiones (7,2 %), Chaco (6,9%) y Formosa (6,4%). Pero también otras provincias, como Santa Fe (5,4 %), Entre Ríos (5,4 %) , Corrientes (5,3 %), Santiago del Estero (5,3 %), Salta (5%) y La Rioja (4,9 %) superan el promedio nacional.