Una denuncia de fiesta clandestina llevó a efectivos de la UTOI (Unidad Táctica de Operaciones Inmediatas) junto a una patrulla municipal a una quinta en Sierra de los Padres. Tenían indicios de lo que podría estar ocurriendo allí, porque la denuncia incluyó videos, pero no contaban con que iban a ser confundidos por strippers.

Ocurrió el viernes por la noche, en el partido de General Pueyrredón y fue apenas una de las 19 fiestas que se desarticularon ese día. Pero la más bizarra, sin duda. No tanto por las características del evento, que son habituales en quintas de esa ciudad, según relataron medios locales. Pero sí por la situación que confundió a los efectivos con “participantes” de la fiesta. 

“La gente no sabía qué pasaba. Uno de ellos, al darse cuenta de que no éramos strippers, nos dijo: ‘Uh, nos habíamos ilusionado’. Fue cómico y absurdo a la vez”, dijo uno de los policías del operativo encabezado por Gustavo Jara, subsecretario de Seguridad de General Pueyrredón, que calificó de “respetuosos” a los presentes:  “No se resistieron, y hasta bromearon con lo sucedido”.

Más allá del respeto y de la confusión, los asistentes (más de 20, entre 35 y 55 años) fueron notificados por violación del artículo 205 del Código Penal y el dueño de la casa fue imputado en el Juzgado de Faltas. 

Más preocupante fue lo que ocurrió en otra de las fiestas desarticuladas este viernes: dos efectivos de la policía bonaerense fueron identificados en un evento clandestino en las afueras de Mar del Plata y fueron imputados por la Justicia Federal, informó el medio local La Capital. La fiesta, con más de diez participantes, había sido organizada por los policías, relataron fuentes de la investigación.