En medio de la conmoción y el dolor que provocó la muerte de la actriz y modelo Silvina Luna, tras una intervención estética del cirujano Aníbal Lotocki, el Ministerio Público de la Ciudad de Buenos Aires clausuró un  estética clandestino que funcionaba en pleno centro porteño y secuestró insumos médicos por un valor superior a los 20 millones de pesos.

Luna sufrió diversos problemas de salud durante más de diez años, que se comenzarona originar luego de someterse a una cirugía estética en 2011 en un consultorio que manejaba Lotocki, lo que le causó un cuadro crónico de hipercalcemia e insuficiencia renal. El médico está aún en libertad, pese a que fue condenado por mala praxis.

Según se informó, luego de una inspección integral realizada en un consultorio que se dedicaba a la medicina estética, la Fiscalía PCyF 11, a cargo de Valeria Massaglia imputó a la responsable por venta ilegal de medicamentos y  ordenó el secuestro de casi 400 cajas de sustancias médicas que eran vendidas de forma irregular.

Las investigaciones a cargo de la División Delitos contra la Salud y la Seguridad Personal de la Policía de la Ciudad se iniciaron meses atrás cuando los pesquisas detectaron a un usuario de Instagram que ofertaba toxinas botulínica (botox) y ácido hialurónico de distintas marcas y presentaciones.

Además ofertaban la venta de insumos para tratamientos estéticos, con asesoramiento profesional y en los mejores precios, además de ofrecer envíos gratis en la Ciudad de Buenos Aires. En rigor, se trata de insumos cuya adquisición debe realizarse en farmacias o en laboratorios autorizados.

Durante la inspección se pudo establecer que el lugar no tenía la habilitación administrativa por parte del gobierno porteño, ni la inscripción obligatoria en el Ministerio de Salud de la Nación. También se detectaron graves faltas e irregularidades relativas a la seguridad e higiene.

Por otro lado, se secuestraron 370 cajas de medicamentos y sustancias clínicas que eran comercializados de manera ilegal tales como lidocaína, botox y ácido hialurónico,  entre otros, y se ordenó el peritaje científico de las muestras retiradas.

Asimismo, se procedió al secuestro de más de 250 historias clínicas y se imputó a la responsable en orden a los delitos de suministro y comercialización de elementos nocivos para la salud y venta de sustancias medicinales sin receta autorizante (arts. 201 y 204 quinquies del C. Penal). También, el Ministerio de Salud de la Nación estableció la inmediata clausura del lugar.

Según se indicó, el centro estaba a cargo de una "doctora" venezolana, quien al momento del procedimiento no se encontraba, y fue su pareja, de la misma nacionalidad quien franqueó el acceso de los funcionarios de la Justicia y de la Policía que realizaron la inspección.

Se ofrecía, entre otros tratamientos, rinomodelación, rellenos de ácido hialurónico, colocación de botox y de plasma, estimulación capilar y peeling, de acuerdo con las publicaciones que se realizaban en las redes sociales.