Pocos días después de la presentación que Fernando Burlando hizo para investigar la muerte del panelista y diseñador Mariano Caprarola, la Cámara Nacional en lo Criminal y Correccional definió qué juzgado intervendrá en el expediente. Durante los últimos años de su vida, Caprarola había vinculado directamente sus problemas de salud a las operaciones que se había hecho con el médico y había comparado su situación con la de Silvina Luna, fallecida el jueves a los 43 años.

La causa había sido sorteada hace una semana y había recaído en el Juzgado Criminal y Correccional N° 40. En su presentación, Burlando había explicado que se vio “en la obligación ética y moral, de denunciar este hecho a fin de que se pueda establecer o no algún tipo de nexo entre su muerte (la de Caprarola) y prácticas quirúrgicas que oportunamente le hiciera el Dr. Aníbal Lotocki”.

Relató que fue abogado de la víctima y que el mismo diseñador le contó varias veces sus problemas de salud, a los que relacionaba con las operaciones que se había hecho con el médico. El Juzgado 40 consideró que no le correspondía intervenir de forma directa sino que este hecho era “conexo” (o sea, que tiene un punto de relación) con la causa por el fallecimiento de Cristián Zárate, sucedido en abril de 2021 y por el que Lotocki fue procesado este año por “homicidio con dolo eventual”.

Por este motivo, envió la denuncia al Juzgado 60. Allí, su titular resaltó que si bien a primera vista existían algunos elementos en común entre ambas situaciones, lo cierto era que las muertes de Zárate y Caprarola ocurrieron en circunstancias diferentes. A eso le sumó que ni siquiera se cuenta aún con la partida de defunción del diseñador.

Con el conflicto planteado, intervino el juez Ignacio Rodríguez Varela, integrante de la Cámara Nacional en lo Criminal y Correccional. En una carilla, definió que el proceso debe tramitarse ante el Juzgado 60, el mismo que tiene la causa por la muerte de Zárate.

“Ante el evidente vínculo de carácter subjetivo que exististe entre los legajos y advirtiéndose que las circunstancias apuntadas por el magistrado del Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional n° 60 no permiten soslayar el régimen de conexidad establecido en el Código Procesal Penal de la Nación, será él quien deberá continuar con sendas investigaciones, en tanto tiene a su cargo la causa que se inició primero y que exhibe un indiscutible mayor avance en cuanto a su trámite”, sostuvo el camarista en la resolución a la que accedió Data Clave.

El estado de la causa Zárate

El hombre de 50 años falleció el 16 de abril de 2021, tras una procedimiento que incluía una lipoescultura y una dermolipectomía y a la que se había llegado prácticamente sin llevar adelante ningún estudio más que los básicos.

“Dado que Zárate era tabaquista (consumía tres atados de cigarrillos diarios), había padecido Covid-19 y tenía Diabetes Mellitus II (DM2), Lotocki debería haber ordenado estudios complementarios (estudio de laboratorio de glucemia en ayunas y determinar valores de insulinemia y hepatograma, a fin de poder determinar un diagnóstico diferencial entre diferentes cuadros que cursan con aumento de glucosa en la sangre y evaluado hemoglobina glicosilada) y, no mediando urgencia en la intervención de cirugía estética programada, realizarla más adelante”, sostuvo el juez al momento de procesar a Lotocki. 

A pesar del estado de la pandemia y con las restricciones para conseguir UTI (lugares en terapia intensiva), el procedimiento estético se llevó adelante. La primera intervención duró prácticamente cinco horas y abarcó distintas zonas del cuerpo: cuello, hombros, pectorales, brazos, axilas, cara anterior del abdomen, pelvis, región lumbar y sacra y glúteos. De acuerdo al análisis que se hizo en la causa y al que se llegó a través de distintos testimonios médicos e incluso una Junta Médica, lo recomendable hubiera sido efectuar los procedimientos en distintas etapas.

Tal fue la desidia del médico que incluso salió durante la operación de Zárate unos cuarenta minutos porque “tenía una audiencia virtual con su letrada” y en ese lapso habría dejado a cargo de la intervención a sus ayudantes. Zárate fue operado por segunda vez el mismo día.

“No realizó los procedimientos quirúrgicos en diversas etapas y, por el contrario, los concentró en un mismo acto. No monitoreó al paciente de cerca una vez finalizada la intervención, carecía de laboratorio de análisis clínicos y no los ordenó cuando resultaron imprescindibles. No reservó unidades de sangre prevista para el paciente en caso de complicaciones y debió recurrir a dos unidades de plasma reservadas para otra paciente, no tenía la posibilidad de tener una UTI de resguardo en contexto de pandemia, siguió operando al día siguiente sin asistir a la habitación a controlar personalmente al paciente a pesar de no haber presentado una buena recuperación durante la noche posterior a la cirugía, no intervino ante la descompensación del paciente y alteró el parte quirúrgico una vez fallecido”, se enumeró en el procesamiento al respecto de las irregularidades cometidas.

“La suma de las acciones errores de Lotocki en todo, absolutamente todo el desarrollo del plan quirúrgico que pensó y fue pensando para intervenir y atender a Zárate, prueba que el imputado era consciente de que existía el peligro concreto de que el tipo penal de la figura de homicidio se podía realizar”, consideró el juez. 

El procesamiento por el homicidio con dolo eventual fue apelado hace más de dos meses y hace pocos días, la Cámara del Crimen estableció que se hará una audiencia en 15 días donde fiscalía y defensa podrán exponer sus argumentos sobre el caso, de acuerdo a lo que pudo conocer Data Clave. Tras esto, los camaristas estarán en condiciones de resolver si confirman el procesamiento de Lotocki y lo colocan más cerca de un segundo juicio oral.