En el día de su independencia, se realizaron en Brasil distintas marchas a favor del presidente Jair Bolsonaro, en medio de las tensiones con la justicia por distintas irregularidades de su gobierno y de cara a las próximas elecciones presidenciales.

Durante la mañana, Bolsonaro sobrevoló en helicóptero la región donde se concentraban miles de manifestantes en Brasilia, y posteriormente se desplazó en coche por la Explanada de los Ministerios, avenida donde se concentran las sedes de los tres poderes. 

Más tarde se trasladó a Sao Paulo donde dio un discurso y aseguró que "solo Dios" lo va a sacar de la presidencia y que nunca lograrán llevarlo preso y volvió a levantar el fantasma de un fraude electoral para los comicios presidenciales del año que viene.

El presidente del país vecino cargó contra Alexandre de Moraes, el juez de la corte que lo investiga por atentado a las instituciones tras declarar un supuesto fraude en su contra por parte de la justicia electoral. Moraes, un exvfiscal que fue ministro de Justicia de Michel Temer, también bloqueó blogs , empresas y ordenó la detención de bolsonaristas que amenazaron con matar magistrados.

"No podemos aceptar más prisiones políticas en nuestro Brasil. O el jefe de ese poder (la Corte) encuadra a los suyos o ese poder puede sufrir aquello que nosotros no queremos", expresó de manera temeraria el presidente en alusión a un golpe de Estado. 

"No queremos pelear con ningún poder, pero no podemos admitir que una persona turbe nuestra democracia y ponga en riesgo nuestra libertad", añadió.

Finalmente, Bolsonaro sostuvo: “A partir de hoy empieza a escribirse una nueva historia en Brasil. Pido a Dios que, más que sabiduría, me dé fuerza y coraje para decidir debidamente. Las decisiones no son fáciles. No elijan el lado de la confrontación. Siempre estaré junto al pueblo brasileño”.