Joe Biden pateó el tablero internacional y se convirtió en el primer presidente de Estados Unidos en reconocer el genocidio armenio que tuvo más de un millón de víctimas en manos del imperio Otomano en 1915. Esta postura generó tensiones políticas con Turquía, donde criticaron la "politización del debate por parte de terceros".

En un comunicado oficial difundido por la Casa Blanca, Biden expresó: "Recordamos las vidas de todos los que murieron en el genocidio armenio de la era otomana y nos comprometemos nuevamente a evitar que una atrocidad semejante vuelva a ocurrir. Afirmamos la historia. No lo hacemos para culpar, sino para asegurar que lo que ocurrió no se repita nunca".

La respuesta no tardó en llegar: el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, acusó hoy a "terceros" de interferir en los asuntos de su país. Por su parte, según la agencia AFP, un funcionario estadounidense le explicó que la intención no era culpar a Turquía moderna, ya que la consideran "un aliado clave de la OTAN".

"A nadie le beneficia que los debates -que los historiadores deberían llevar a cabo- estén politizados por terceros y se conviertan en un instrumento de injerencia en nuestro país", dijo Erdogan en un mensaje al patriarca armenio en Estambul. Por el contrario, el primer ministro armenio, Nikol Pashinian, consideró un "gran paso" el reconocimiento de Estados Unidos.

Biden y Erdogan hablaron ayer y, de acuerdo a los comunicados oficiales, en ningún momento se mencionó sobre el reconocimiento del genocidio armenio, respaldado ya por más de una treintena de países, incluyendo Argentina.

Pese a los años de presiones de la comunidad armenia en Estados Unidos, ningún presidente tomó el riesgo de enojar a Turquía, aliado histórico de Washington y miembro de la OTAN.

El Congreso estadounidense sí reconoció el genocidio armenio en diciembre de 2019 en una votación simbólica, pero el Gobierno del entonces presidente Donald Trump se negó a utilizar el término. El 20 de abril de 1965, Uruguay fue el primer país que reconoció el genocidio armenio.

En total, los parlamentos de una treintena de países han votado leyes, resoluciones o mociones de reconocimiento explícito del genocidio armenio, incluyendo a Argentina y otros países de la región como Bolivia, Brasil, Chile, Paraguay y el ya mencionado Uruguay.