Luiz Inácio Lula da Silva celebró este domingo la “victoria de la democracia” que le permitió ganar las elecciones de octubre a pesar de las “amenazas” de la ultraderecha que aún no acepta su triunfo. “Si estamos aquí es gracias a la conciencia política de la sociedad brasileña”, declaró Lula ante el Parlamento, en su primer discurso después de haber jurado como nuevo presidente de Brasil.

Apenas investido primer mandatario, afirmó que el país "no necesita deforestar" para fomentar su agricultura, y reafirmó su compromiso de eliminar esa práctica en la Amazonía. "No hace falta derribar ningún árbol más", basta "replantar los 30 millones de hectáreas de tierra degradada, es posible vivir sin talar madera, sin incendios, sin invadir nuestros biomas", afirmó ante los congresales en Brasilia. 

“Bajo los vientos de la redemocratización decíamos: ¡dictadura nunca más! Hoy, tras el terrible reto que hemos superado, debemos decir: ¡democracia para siempre!”, aseguró el mandatario. Además, adelantó que hoy mismo firmará medidas de reorganización de las estructuras del Poder Ejecutivo “para que el Gobierno vuelva a funcionar de forma racional, republicana y democrática”.

“El mandato que hemos recibido, frente a adversarios inspirados en el fascismo, será defendido con los poderes que la Constitución confiere a la democracia. Al odio responderemos con amor. A la mentira, con la verdad. Al terror y a la violencia responderemos con la Ley y sus más duras consecuencias”, añadió en Brasilia.

Lula asumió por tercera vez como presidente de Brasil, con la lucha contra el hambre como prioridad

“A lo largo de esta campaña electoral vi brillar la esperanza en los ojos de un pueblo que sufría, como consecuencia de la destrucción de políticas públicas que promovían la ciudadanía, los derechos esenciales, la salud y la educación”, afirmó y agregó: “Se demostró que sí era posible gobernar este país con la más amplia participación social, incluyendo a los trabajadores y a los más pobres en el presupuesto y en las decisiones de gobierno”, afirmó Lula y Agregó: “Se ha demostrado que un representante de la clase trabajadora sí podría dialogar con la sociedad para promover el crecimiento económico de forma sostenible y en beneficio de todos, especialmente de los más necesitados”.

Luego advirtió: “El diagnóstico que recibimos del Gabinete de Transición es terrible. Los recursos sanitarios se han vaciado. Han desmantelado la educación, la cultura, la ciencia y la tecnología. Destruyeron la protección del medio ambiente. No dejaron recursos para comidas escolares, vacunación, seguridad pública”.

Y prometió asistencia para los sectores más vulnerables: “Ninguna nación se ha levantado ni puede levantarse sobre la miseria de su pueblo. Este compromiso empieza por garantizar un Programa Bolsa Familia renovado, más fuerte y más justo para atender a los que más lo necesitan”.

Adelantó que las primeras acciones del Gobierno tendrán como objetivorescatar a 33 millones de personas del hambre y rescatar de la pobreza a más de 100 millones de brasileños que han soportado la carga más pesada del proyecto de destrucción nacional que hoy termina”.