Miles de personas volvieron a salir hoy a las calles de varias ciudades de Israel, tal como vienen haciéndolo todos los sábados desde hace más de cinco meses, para reclamar la renuncia del primer ministro, Benjamin Netanyahu, a quien cuestionan por su manejo de la pandemia de coronavirus y porque está procesado por corrupción.

Las marchas se realizaron en medio del endurecimiento de la cuarentena que comenzó ayer y después de que el Parlamento aplazara la votación para regular durante esta etapa del confinamiento las manifestaciones callejeras, todavía no prohibidas.

“Ministro del delito” fue una de las consignas dominantes en la concentración en Jerusalén -la más numerosa-, entonada por mies de manifestantes, en alusión al juicio que afronta por malversación de fondos públicos.

Juan Carlos Sanz on Twitter

El gobierno propuso para la actual etapa de la cuarentena que las manifestaciones tengan un máximo de 20 personas, con distanciamiento social y a no más de un kilómetro de la vivienda de cada uno, pero la votación quedó postergada por diferencias entre los legisladores.

De todos modos, los organizadores pintaron marcas en el suelo, algunas con forma de corazón, para indicar el lugar donde cada manifestante debía colocarse para mantener la distancia interpersonal, pero la observación de esa medida se complicaba a medida que afluía más gente a la protesta, lo que generó un momento de tensión cuando policías advirtieron a través de megáfonos que multarían a los infractores.

Las protestas contra Netanyahu comenzaron en marzo pasado, con el movimiento Bandera Negra que reclama su renuncia por considerar inaceptable que desempeñe el cargo mientras es juzgado por fraude, cohecho y abuso de confianza en tres causas diferentes.

La insatisfacción aumentó a raíz de la gestión de la segunda ola de contagios de coronavirus y la crisis económica derivada de la pandemia. Israel registró esta semana récords de contagios diarios desde el inicio de la pandemia y ayer superó los 8.000, con una población de poco más de nueve millones de personas.