Las cumbres mundiales suelen ser acontecimientos que requieren de dispositivos de máxima seguridad, aprobados por los sistemas de protección de cada mandatario participante. Por este motivo, Roma se ha blindado para la reunión del G20 que se desarrolla este fin de semana.

Las principales vías del centro histórico se encuentran cerradas, al igual que el espacio aéreo. Se ha preparado un dispositivo de seguridad sin precedentes en la capital italiana, con alrededor de 10.000 policías y militares para proteger a las delegaciones extranjeras, las reuniones del G-20 y vigilar diversas manifestaciones de protesta que están previstas.

Los líderes se verán las caras en la Nuvola, el nuevo Centro de Congresos, diseñado por el arquitecto Fuksas, situado a diez kilómetros del centro histórico, en el barrio del EUR, al sur de Roma: Se trata de una zona residencial y de negocios, construida durante el gobierno de Benito Mussolini, que quiso crear un gran espacio monumental para celebrar la exposición universal de 1942.

La zona roja de seguridad se extiende por 10 kilómetros cuadrados en torno a la Nuvola.

Roma arranca el fin de semana bajo un estricto blindaje militar por la cumbre del G20

El Blindaje al que está siendo sometida Roma, es por el temor a las posibles protestas violentas que pudieran realizarse durante el desarrollo de la cumbre. El despliegue militar recordó los días en los que se impuso el toque de queda a causa de la pandemia de coronavirus.

Helicópteros, tanques, policía antidisturbios, carabineros, la policía secreta, francotiradores, personal del ejército, la guardia de finanzas, se han ubicado en la denominada “Zona Roja”, que mantendrán resguardada la zona hasta que finalice la reunión de los 19 países de las economías más potentes del planeta.

Roma arranca el fin de semana bajo un estricto blindaje militar por la cumbre del G20