Era cuestión de tiempo para que una diferencia tan cercana sea resuelta. El Presidente tomó las riendas de la negociación luego de la escasa adhesión, estimada en 35%, que habría alcanzada el segundo canje. Con una dinámica de extensión y fracaso agotada, hizo falta un golpe de timón para buscar una solución definitiva al tema. Tensar para arreglar. Esa fue la última movida del gobierno, la cual resultó satisfactoria al saber que los acreedores ya habían acercado una contrapropuesta en la zona de US$ 54,8 que no implicaba prácticamente pagos adicionales. Con solo mover un poco las fechas se lograría el ansiado acuerdo, que elevaba el VPN de la propuesta pero no implicaba mayores desembolsos para el país.

Ahora resta resolver la letra chica del acuerdo y terminar de acordar sobre los cambios legales, que tendrán repercusión en otras renegociaciones mundiales. El plazo de liquidación seguiría fijo en el 4 de septiembre, aunque se prorrogaría el plazo del canje hasta el 24 de agosto para terminar de cerrar los detalles de la nueva presentación ante la SEC. En este marco, los bonos luego de la mejora de precios de ayer y de la nueva propuesta quedaron operando con una tasa de interés implícita levemente superior al 12,5% anual. Este nivel de tasa luce elevado para los estándares mundiales, lo cual llevaría a una compresión de spread. Sin embargo, la misma no se va a dar sólo por una cuestión de gravedad, si no que las experiencias pasadas e internacionales indican que se requiere una mejora en las condiciones macroeconómicas del país. En este punto todavía estamos en fase cero, ya que el programa debe ser acordado con el FMI, dando un horizonte en materia de cuentas fiscales, emisión monetaria y convergencia cambiaria. Es decir, consideramos que los bonos comenzarán a comprimir spread, pero lo harán de manera gradual mirando tanto el contexto global como el panorama económico/fiscal local. La zona de 10% anual debería ser un objetivo lograble para los próximos meses, lo que implicaría un mejora de al menos 20% en la cotización medida en dólares de los bonos.

Renta Fija en USD: Repercusiones del inminente acuerdo.
En relación a los bonos soberanos en USD, y considerando el nuevo acuerdo en torno a los 54,8 USD de NPV, podemos pensar en un aumento de la tasa implícita descontada por los precios dados los nuevos flujos de 50 bps, en relación al aumento de 1,3 USD del NPV. En este sentido, los bonos cerraron la rueda de ayer priceando una tasa implícita en torno a los 12,1%, de modo tal que, dado el aumento de USD 1,5 descontarían una tasa del 12,6%. De esta manera, el upside comentado en reportes anteriores sigue intacto en un trade que mantiene una relación riesgo/retorno sumamente atractiva.

Dólar y bonos: conexión finita
El canje de deuda doméstica permitiría optar por bonos en Pesos más CER en el caso de los bonos en dólares cortos. Con una suba tan marcada en los precios de los bonos CER, esta alternativa está encauzando Pesos hacia el mercado de bonos en dólares. Es una forma indirecta de posicionarse en Pesos + CER a una tasa levemente superior a la curva nominada en CER. Esta operación estaría presionando el dólar financiero en el corto plazo, y sería la razón por la cual en un contexto favorable hemos visto mover al alza al dólar financiero. El arreglo de deuda en dólares es clave para compensar esta presión con una suba en las paridades en dólares y una mayor demanda de bonos contra dólares. 

Acciones argentinas: ¿Diciembre 2019 en la mira?
El "equity" argentino sigue recuperando posiciones de la mano del arreglo de la deuda en dólares. Veníamos alertando que existía una relación riesgo/retorno atractiva en este "asset class". Si bien es complejo valuar al "equity" en condiciones macro económicas tan adversas, creemos que los valores de Dic´19 podrían ser un objetivo lograble en el corto plazo.