Otro lunes feriado de cuarentena y una vez más, nuestro gurú de la Economía y de la vida, sale a dar una vuelta por el barrio para comprar esas butifarras tan ricas que venden en la fiambrería de Don Manolo y unas flautitas calentitas de la panadería del Tony, para hacer unos ricos sandwiches al mediodía que, con una cervecita fría, salen como piña. Claro que para un notable como él, no es sencillo pasar inadvertido, a pesar del barbijo y de los lentes oscuros. Es así que en la mismísima cola para entrar al negocio del Gallego -distanciamiento social mediante- una señora muy elegante, con cubre boca-nariz de seda y un changuito tópísimo, lo espeta a viva voz:

- ¿Cómo le va Willy? Qué bueno cruzarlo por el barrio. Usted sí que es gente como uno. Parece que ahora los kirchneristas de vuelta nos quieren apretar más el cepo. ¿Ni doscientos dólares nos van a dejar comprar?¿No es una barbaridad?

Willy: ¿Qué tal Señora?¿Cómo anda usted? Esto no es nuevo, lamentablemente esta historia del cepo, los 200 dólares, este sistema cambiario que tenemos ahora, realmente no tiene mucho sentido, siempre lo he dicho. Yo estoy en contra de usar las reservas de Banco Central para que los argentinos tengamos dólares para bienes, comprar artículos de lujo y viajar al exterior. El control de cambios, que eventualmente se usa para que la devaluación no afecte precios sensibles y esenciales; por supuesto que lo ideal es un país que genere la suficiente confianza donde sobren dólares. Por miles de historias, es algo que no lo podemos tener. Y las empresas y la gente compran dólares.

- Pero entonces nos comemos las reservas ¿no le parece?

Willy: Eso es justamente lo que no tenemos que hacer Señora. Hay que cuidar las reservas, bueno, hay que establecer un sistema donde exista un mercado controlado (exportadores vendiendo sus dólares) y el Gobierno le da los dólares a determinados importadores. Luego tiene que existir un mercado libre donde puede o no intervenir el Central, y los argentinos se compran los dólares entre sí. Ahí tendríamos un dólar comercial, y después un dólar financiero libre, para turismo y pasajes aéreos. No se la quiero complicar demasiado. Adelántese mientras tanto, esta cola no avanza más, por Diosssss....

- ¿Cómo dijo?

Willy: Nada, nada. Como le explicaba, el Central le está dando dólares a la gente que quiere viajar en primera clase, es totalmente injusto y no tiene nada de progresista. Pero prohibir el dólar sería un remedio peor que la enfermedad. Nadie puede vender dólares si no es a $70, y eso lamentablemente no va a funcionar. Nadie va a malvender su casa ni su cosecha o trabajo. Es un tema sencillo, hay que tener un dolar ahorro y otro turista, y todo el resto que vaya por el sector comercial.

- ¿Eso no es para problemas Willy?

Willy: Seguramente se den controversias, sobretodo por tema bonos y empresas que tienen deudas ajenas, y que acceden mediante autorización del Banco Central. Para mí lo justo es que si uno tiene deuda en dólares, que vaya a buscarlo al precio que vale. Es una tontería este sistema y una enorme injusticia, porque en escasez de reserva, se le dan los dólares a los argentinos que no tienen fuertes prioridades.

- ¿Pero y el cepo? No me está diciendo qué piensa del cepo.

Willy: El cepo de Alberto es peor que el de Cristina y hasta parece ya un dólar similar al de la última dictadura. No creo que sea esa la Argentina que queramos. Es un país lleno de dólares, está en cajas de seguridad de bancos, en casas de la gente y demás; necesitamos que esa gente los venda a partir de incentivos. Ni siquiera el Gobierno de Macri logró entender esto. No tiene ningún sentido un cepo cambiario.

- Permitame que le cambie de tema, yo ya estoy en edad de... vio...

Willy: ¿Merecer?

 - Ay Willy, usted siempre tan galante, ojalá así fuera. No. De jubilarme. En realidad ya estoy jubilada hace cuatro años, pero siempre me quito unos añitos para parecer más joven. ¿Usted cuántos me da?

Willy: No se Señora, no me ponga en el compromiso, pregunte nomás, que mientras dure la cola, yo le contesto.

- ¿Hasta cuándo nos van a seguir ajustando la jubilación al porcentaje que se les cante a ellos? ¿Siempre perdemos nosotros en esta historia?

Willy: ¿Sabe lo que pasa, mi bella Dama? El sistema jubilatorio argentino es el gran desaguisado económico que la dirigencia política a lo largo de décadas ha encontrado como el verdadero ajuste de la sociedad. Es cierto que también el sistema, tal como lo supimos concebir… tiene un déficit estructural imposible de resolver. En Argentina hay una enorme evasión impositiva, gente y empresas que no aportan y que deciden evadir, incluso empleados en blanco que tienen una parte en blanco y otra en negro.

- Y encima estos kirchneristas le dieron jubilación a muchos que no aportaron jamás.

Willy: Ese fue el golpe de gracia, resulta que los distintos gobiernos establecieron sistemas a través del cual se otorgaron jubilaciones a millones de personas que nunca aportaron. Desde el punto de vista matemático fue un gran error. Fue una cuenta que explotó por el aire, y hoy el 60% del gasto argentino es el sistema jubilatorio. Desde el punto de vista real, en cualquier ajuste, pasa inexorablemente por la cuenta de los jubilados. El sistema de actualización, que tiene muchísima Justicia pero es impagable, tiene que financiarse vía emisión, y la inflación estaría por el aire, y hoy es una situación parecida. Las jubilaciones en este país, para la gilada -no el pequeño que tiene jubilaciones de privilegio- toda la vida ha sido migajas y es algo muy difícil de solucionarlo.

- Yo se que estoy abusando de su confianza, pero no puedo dejar de preguntarle por el tema de la semana, porque yo ya estoy cansada de tanta cuarentena y estos barbijos que mire cómo me deja el pelo (y no me puedo ni maquillar) ¿Cómo ve este asunto de la vacuna? ¿Hay algo raro ahí? Cuénteme usted que seguro lo sabe ¿estos laboratorios son amigos de alguien del gobierno?

Willy: Las vacunas, la verdad que no soy un especialista, pero parecen noticias muy alentadoras y bastante previsibles. La industria farmacéutica a nivel internacional está muy desarrollada, e incluso en Argentina. Además, no hay muchos países con 80 o 90 laboratorios instalados. No es casualidad que existan sectores empresarios de los sectores muy respetados y valorados a nivel internacional. Soy pro vacuna, me parece que no hay ninguna duda en ese sentido, soy grupo de riesgo y me vacuné contra todas las epidemias.
 

- ¿Pero a usted le parece que hagan politica con este asunto tan delicado?

Willy: Confío mucho en el futuro, aunque lógico que querer hacer politiquería con las vacunas es bastante cómico. Me dio gracia por ejemplo que Kicillof en la conferencia dio solamente una felicitación a los rusos, ni siquiera a los argentinos. Posiblemente sea que tenga diferencias con el sector privado.

- ¿Y el tema de la reforma judicial?¿Qué piensa?¿Es Cristina que quiere zafar de la justicia o usted cree que es necesario hacer algo? También los jueces hacen lo que quieren y encima nos cuestan una fortuna.

Willy: Sobre el poder judicial tengo una opinión distinta a la que se ha generalizado. Si uno mira nuestra historia, desde el retorno democrático, y mucho más atrás también, y analiza los tres poderes, no estoy tan seguro que el judicial haya sido el peor de todos. El Ejecutivo no tuvo presidentes infalibles, ni mucho menos; las leyes que se hacen en el Congreso… lo mismo; y lógicamente que hay especulaciones en el Judicial por la corrupción y la influencia política. La mayoría de las causas judiciales que hay se van resolviendo, con todos los inconvenientes de los tiempos; pero para mí el peor problema es la intersección política. Se intentó evitar esto con el Consejo de la Magistratura, pero también logró ingresar la política en ese sector. Me parece que es un camino que habría que empezar a transitar. Nunca tocaría la Corte Suprema, porque en definitiva es la Constitución, y eso es respetar a rajatabla las libertades individuales, económicas y políticas. Hay iniciativas en distintos sectores que en algún punto van en contra de la Constitución, como por ejemplo hablando del derecho de propiedad y comercio. Para reformarla hay que tener mayorías especiales, y un consenso en toda la ciudadanía, no puede haber una facción que quiera cambiarla porque ganó las Elecciones. Entonces como cambiar la Constitución es difícil, se busca cambiar la Corte. Quienes integran la Corte son juristas que… mayor o menor controversia, se han comportado respetando la Constitución.

- ¿Pero nos va a beneficiar a nosotros o solamente a ellos?

Willy: Creo en la reforma judicial, pero en la reforma para la gente, y no para la aristocracia de los políticos. No me parece, además, que esto se dé cuando el Congreso no sesione de forma normal, sobretodo por la situación sanitaria y la crisis que tenemos. Creo que hay una intención de Cristina y el Instituto Patria de generar sus propios beneficios y va a generar una conmoción a nivel sociedad.

- Una última y no lo molesto más, se lo prometo. ¿Va a ir esta tarde a la marcha? Yo estoy harta de este encierro pero me pregunto ¿no es peligroso andar haciendo movilizaciones con tanto virus dando vuelta?

Willy: No voy a ir a la marcha porque tengo que trabajar y soy grupo de riesgo. Me parece que tiene que haber libertad absoluta para que cada quien se manifieste como quiera. Creo que hay que volver a la Constitución, que dice que ni delibera ni gobierna, sino que lo hace a través de sus representantes. El problema es que la gente resuelve que los conflictos se resuelven en la calle. Quien tiene más gente, genera más poder de convicción. Genero un trastorno y una presión. Me parece bien que la oposición elija los días feriados, porque esto les complica la vida a menos argentinos que necesitan movilizarse normalmente. En lo personal me gustaría un país sin marchas, pero como acá todo se impone mediante fuerza, los sectores opositores tienen el derecho de expresarse. Si Argentina se va a resolver así, vamos a tener un final bastante primitivo. Muchas gracias mi estimada. Es mi turno. Nos reencontramos la semana que viene.