Hasta ahora, desde Hacienda se estipularon las proyecciones de la demanda (pago de deuda, demanda de dólar ahorro, dólar tarjeta y deuda con importadores) por un lado, y de oferta de dólares (afectada por la baja en la producción de trigo) para los próximos meses, por el otro, y no alcanzaban para cumplir con la meta de acumulación de reservas internacionales (meta anual de u$s6.575 millones). En este contexto, llego el “Dólar Soja 2.0” con una cotización diferencial de $230 por dólar para el sector hasta el 31 de diciembre. 

De mínima, la expectativa es que se liquiden u$s3.000 millones de agro-dólares y que esto sea un “puente” de dólares que permita pasar el verano sin tener un salto en el dólar oficial. Actualmente, las reservas netas (descontando el swap chino, encajes de depósitos en dólares y préstamos de Banco de Basilea) están en el orden de los u$s5.000 millones. 

Es decir, que se necesitan unos u$s1.575 millones en lo que resta de 2022 para cumplir con el objetivo. De acá que surgen todas las herramientas posibles: “Dólar Soja 2.0”, préstamos del BID (por u$s500 millones) y activación de swap con China para el comercio bilateral (aproximadamente en u$s625 millones por mes).

Para ponerlo en perspectiva, hasta el 6 de diciembre, por el nuevo dólar soja se liquidaron u$s1203 millones y el BCRA sumó u$s622 millones. Hasta el 24 de noviembre, el BCRA acumuló ventas (netas) por u$s966 millones y la tendencia generaba mucha preocupación en el BCRA y alimentaba las expectativas de devaluación. El dólar soja permitirá recaudar (vía retenciones) cerca de $300.000 millones (0,3% del PBI) y, de esta forma, puede aumentar el margen fiscal de cara a diciembre. Mes que, asimismo, concentra la mayor parte del déficit fiscal (por el pago de medio aguinaldo a trabajadores y jubilados, entre otros). En los primeros 10 meses de 2022, el déficit fiscal primario acumulado es de 1,5% del PBI (mientras que la meta fiscal es de 2,5%).

Cabe mencionar que esos ingresos extra que se adelantan vía dólar soja evitan que el Tesoro tenga que conseguir un mayor financiamiento en el mercado de deuda en pesos. No obstante, el dólar soja también tiene costos asociados, ya que por cada dólar que se liquida el BCRA emite $230 pesos. Vale decir que si la liquidación es de u$s3.000 millones se emitirían $690.000 millones. 

Parte de esos dólares, los venderán a importadores a la cotización oficial ($170 proxy) generando una pérdida patrimonial. El diferencial es de $60. Desde el 30 de noviembre (cuando se lanzó el dólar soja 2.0), el BCRA emitió (neto de lo que absorbió por la venta de dólares a importadores) unos $179.200 millones. Esos pesos presionan sobre la brecha cambiaria, afectando la escalada que experimentó el contado con liquidación y mep en las últimas ruedas.

Además, en diciembre, habrá una inyección adicional. El BCRA deberá emitir para:

*Comprar “dólar soja” ($600.000 millones netos)

*Pagar intereses de Leliq y Pases (se estiman en $550.000 millones)

*Cubrir la licitación de deuda en pesos vía Adelantos Transitorios (de ser necesario)

*Comprar deuda en pesos ($150.000 millones mensual fue el promedio de octubre/ noviembre). Tendremos  así una inyección de pesos por 1,2/1,3 billones hasta fin de año.

En el último mes del año, el riesgo de toda esta emisión se ve compensado en parte por el incremento estacional de la demanda de pesos. Aunque, la elevada emisión meterá presión sobre la brecha cambiaria y le pone un piso a la tasa de inflación. Tendremos que ver que va a pasar en los primeros meses del 2023, cuando este incremento de la demanda de pesos se revierte y puede disparar la brecha cambiaria y acelerar la inflación (profundizando la caída de la actividad).

En resumidas cuentas, el Tesoro no logró renovar el 100% los vencimientos de deuda en pesos en la licitación de noviembre. Se consiguió 83,9% de renovación del último vencimiento. Se captó $219.050 millones mediante la colocación de cinco títulos y los vencimientos alcanzaban los $261.769 millones. Más allá del incremento de la tasa de interés (en el caso de las LEDES se ubicó entre 113% y 118% de tasa efectiva anual) no se logró la renovación del 100% y tampoco hubo interés por los instrumentos que ajustan por “dollar linked”.

Para diciembre, los vencimientos superan los $400.000 millones, prácticamente todo en manos del sector privado. El mercado no está permitiendo un financiamiento neto positivo y esto complica el panorama. En sí, se observa una menor renovación, acortamiento de plazos y mayores tasa de interés en las últimas licitaciones. Otro factor más que presionará sobre los dólares libres.