Actualmente, el mercado de los desarrolladores inmobiliarios adolesce de inversores, con todo el riesgo que esto implica en cuanto a comenzar una obra y la necesidad de asegurar el poder finalizarla.

Sucede que los inversores no están del todo convencidos de invertir su dinero en un emprendimiento, ya que no está claro si el precio de las propiedades va a continuar bajando o no. Desde mi punto de vista, considero que no van a detener su caída hasta tanto no haya un clima de previsión y de reglas claras. Y atado a esto, con un mercado de créditos hipotecarios.

No es un dato menor el hecho de que el inversor de tierra, es decir, el inversor de pozo, piensa en el mediano y en el largo plazo. Recordemos que estamos próximos a un año electoral y con una posibilidad cierta de cambio de gobierno que brinde una mejor perspectiva a la hora de invertir en emprendimientos desde pozo.

En este escenario, un Gobierno que le resta aún un poco más de un año de mandato lanza una prórroga de blanqueo para la construcción. Y esto es algo que celebramos porque constituye una alternativa para aquellos inversores que cuenten con dinero no declarado, no blanqueado, y que quieran invertir en propiedades. Creo que esta medida puede ser positiva, reitero, en un escenario político con perspectiva de cambio de mando para el año que viene.

Y, en concreto, también se convierte en una alternativa de inversión porque nos encontramos en mínimos históricos para los departamentos de pozo en todas las zonas de CABA y del corredor norte de la provincia. Y a esto se suma un costo de construcción que también se ubica en niveles más que atractivos. Esto permitiría generar una buena diferencia, un buen negocio para nuevos inversores.