Aunque desde su entorno aseguran que hace referencia a la situación local de Tigre, un mensaje posteado esta madrugada por la titular de AySA, Malena Galmarini, reaviva una hipótesis latente dentro del Gobierno nacional que es el retorno de Sergio Massa. Según pudo averiguar Data Clave, siguen las negociaciones subterráneas para que se de su incorporación y ya se barajan dos hipótesis para reconfigurar a un Frente de Todos que necesita oxígeno para llegar con fuerza al 2023.

"Atrapada por el insomnio me dispuse a ordenar la biblioteca audiovisual de mi teléfono… me topé con esta 'perlita'. Todo vuelve, todo pasa, todo llega", fue el tweet que publicó la esposa de Massa en las redes sociales. El sugestivo mensaje viene acompañado de un video en el que se lo ve al presidente de la Cámara de Diputados -más joven que ahora- haciendo campaña en Tigre, el distrito en el que supo construir poder político y que lo catapultó a nivel nacional.

La reaparición del apellido Massa en el Gobierno resuena cada vez que el Frente de Todos se ve apabullado por la crisis económica y cuando no hay respuestas ni soluciones para los problemas inmediatos. Sin embargo, cada vez que apareció la "opción Massa", el Poder Ejecutivo terminó eligiendo otras opciones. La última fue la designación de Silvina Batakis al ministerio de Economía, un reemplazo por Martín Guzmán que no fue ni rechazado ni gritado a viva voz por los socios de la coalición oficialista.

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Tweet de Malena Galmarini

A pesar del recambio obligado en el área económica por la acefalía que había dejado Guzmán, las conversaciones en la Casa Rosada por la incorporación de Sergio Massa al Gobierno siguieron latentes. En el medio de la puja con el campo, las internas de segundo orden y la lucha diaria con los medios de comunicación y la oposición que coquetean con un estallido, el Frente de Todos busca oxígeno para llegar vivo a un 2023 que, según las encuestas y la visión de los analistas políticos, traería como resultado una fuerte derrota para el actual Gobierno.

Data Clave accedió a información interna que refleja que ya están negociando las partes del Frente de Todos para que Massa vuelva a ser parte del Ejecutivo. Esto ya ocurrió semanas atrás, cuando el titular de la Cámara de Diputados le propuso al Presidente incorporarse con un pliego de condiciones, entre ellos su designación como jefe de Gabinete y su condición de elegir al ministro de Economía (Marcos Lavagna), su presidente de la AFIP y hasta no descartaba elegir a otra persona para ocupar el directorio del Banco Central (Martín Redrado).

En esta instancia se negocian dos posibilidades para que el hombre del Frente Renovador pise fuerte en los comandos del Frente de Todos: la primera opción -quizás la más potable-, es que Massa sea designado como jefe de Gabinete y que tenga como subjefes a dos "stoppers", que serían consensuados por Alberto Fernández y Cristina Kirchner; la segunda opción -a priori más deseo que realidad del propio Massa-, es que se convierta en un "superministro de Economía" con Batakis como segunda guitarra y con eventuales cambios en el gabinete para relanzar el Gobierno.

En la segunda opción, la llegada de Massa como ministro de Economía con grandes facultades generaría que la actual titular pase a ser una ministra de segundo orden, ocupando el cargo en Finanzas o Hacienda. En cuanto al volumen político, desde el oficialismo no descartan que Jorge 'Coqui' Capitanich, el cuadro político que reúne consenso en la "Liga de los Gobernadores" del PJ, sea el próximo jefe de Gabinete y ocupe el lugar de un desdibujado Juan Manzur que podría pasar a ocupar el ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca, que conduce actualmente Julián Domínguez.

Desde el entorno de Sergio Massa niegan que el posteo de Galmarini haya tenido que ver con su eventual regreso al Gobierno, pero lo cierto es que las conversaciones continúan y hasta las propias vibras del Frente Renovador presionan para que el hombre de Tigre de el paso y se apodere de una porción de un Frente de Todos al que, a vista de hoy, le queda poco por ganar y mucho por perder.