La irrupción de Fernando Burlando en la política no pasó desapercibida. Y las primeras encuestas que se dieron a conocer en los últimos días ya dejaron en evidencia el impacto generado en la torta de electores. El abogado confirmó la semana pasada lo que ya había preanunciado: será precandidato a gobernador por la provincia de Buenos Aires. Y tanto en Juntos, como dentro del espectro libertario, se muestran atentos ante su aparición.

La Provincia es una de las más castigadas, hace mucho tiempo uno pensaba que la política era cosa ajena, de los demás, pero eso solo logró dejar pasar a gente que no tenía capacidades en lugares fundamentales para el pueblo argentino. Si no participamos, los dejamos hacer lo que deseen y que la política baje su nivel, sostuvo al momento de dar a conocer su postulación.

De esta manera, Burlando se mete en la arena política con el empuje mediático que le dio haber representado a la familia de Fernando Báez Sosa en el juicio que días atrás dejó como saldo cinco condenas a prisión perpetua para los rugbiers que cometieron el crimen. Algo que terminó de dirigir su horizonte político con la seguridad como principal marco de contención para una provincia que, sobre todo en el Conurbano, clama por terminar con una problemática a la que, tras el paso de varios gobiernos, todavía no se le encuentra solución.

Burlando es un candidato más dentro de una gran lista de dirigentes de distintos partidos políticos. Lo que expone no es una división en la oposición sino la necesidad de más gente de involucrarse porque está disconforme con el kirchnerismo. Lo que no deja de llamar la atención es que él quiso ser candidato de uno de los intendentes con más problemas en el Conurbano por lo que no sé cuál es su intención en todo esto”, le dice a Data Clave un diputado bonaerense del PRO.

La referencia directa tiene que ver con la corriente interna que lanzó en 2017 el jefe comunal de José C. Paz, Mario Ishii, y que llevaba a Burlando como aspirante a diputado nacional. La intención del barón del Conurbano era competir con la lista que tenía al frente del PJ a Florencio Randazzo con el fin de restarle recursos de campaña y, de esa manera, facilitar la candidatura de Cristina Fernández de Kirchner a través de Unidad Ciudadana. Sin embargo, la Junta Electoral le bajó la nómina y la primera aparición de Burlando quedó trunca.

Lo cierto es que las primeras encuestas tras su oficialización como candidato lo mostraron con una intención de voto cercana al 9 por ciento. El relevamiento de FGA lo pone en tercer lugar en la provincia, por encima del diputado nacional José Luis Espert y de un eventual aspirante del legislador Javier Milei. Pero no solo eso, su nombre como opción también provocó una caída directa en la intención de votos de Juntos.

Burlando se presenta por derecha pero es funcional al kirchnerismo. Viene a discriminar más el voto para darle el empujón a Kicillof. Pero le tira flores a (Sergio) Berni. No sería raro que termine cerca de Berni. Son las dos caras de lo mismo”, le dice un dirigente del radicalismo a este medio.

La lectura interna en Juntos es que la candidatura de Burlando puede impactar más en el voto de los libertarios. Sin embargo, el foco del abogado está puesto en la inseguridad, una de las principales armas de campaña a la que apelan desde el PRO, en particular, para captar el voto duro y contener la fuga justamente a Milei y Espert.

Así las cosas, lo que queda por ver es de qué manera se acomodará el abogado. Quiénes lo acompañarán y si terminará jugando al frente o generará la presión necesaria para conseguir una alianza que le termine conviniendo a varios.