El presidente Alberto Fernández dará su discurso inaugural del 140° periodo ordinario de sesiones ordinarias en el Congreso Nacional. Será su tercera Asamblea Legislativa contando la de su asunción como presidente el 10 de diciembre del 2019. La vuelta a la presencialidad plena luego de dos años de pandemia y el primero con un acuerdo por el préstamo del FMI a punto de cerrarse.

Más allá de los temas de agenda y los ejes parlamentarios que pueda trazar, medio ambiente, reactivación económica, salud en la post pandemia, educación o algún otro tópico siempre presente, las miradas están puesta en la resolución del entendimiento con el Fondo Monetario Internacional y el estallido interno en el Frente de Todos que este anuncio causó. 

La vicepresidenta Cristina Kirchner volverá a compartir un acto con el presidente luego de más de 80 días (10 diciembre en la plaza de Mayo junto a Lula Da Silva) y será la primera vez que Máximo Kirchner ingrese al recinto de la Cámara de Diputados como un legislador raso dentro de las autoridades parlamentarias del Frente de Todos.

La expectativa en el oficialismo es que el texto de entendimiento del gobierno y el FMI ingrese pronto. Apenas concluido el discurso del presidente, por eso, y para no correr riesgos, la Cámara de Diputados dejó habilitada la mesa de entradas el lunes por si el Ejecutivo decida mandar el proyecto antes de la visita presidencial. Las autoridades de la Cámara baja tienen un único objetivo, “dar un tratamiento ágil”. Según fuentes parlamentarias con acceso al principal despacho de Diputados, la idea es que sea un debate “similar al del aborto” con postura cruzadas en los distintos bloques pero con respeto y sin agresiones que puedan hacer tambalear la sesión. Estiman además que hablen todos o casi todos los legisladores, lo que hará que sea una sesión maratónica. “La fecha del deadline es el 22”, dicen en off.

Cada señal que pueda dar el presidente sobre el acuerdo será escuchada y cada gesto, mirado con lupa. Tanto de los diputados oficialistas que ya adelantaron sus diferencias con lo informado desde el Palacio de Hacienda como en cada senador del Frente de Todos, donde el panorama luce aún más complicado que en la Cámara baja.

“Este tema está trabando todo el funcionamiento del Congreso”, aseguran en la conducción del Frente de Todos para graficar el fracasó de las sesiones extraordinarias. La necesidad es del Ejecutivo, pero también de un poder Legislativo adormecido desde que a fines de enero se conoció la posibilidad de cerrar un acuerdo.

Por último, la Justicia aparece como disparador de un tema asegurado. El gobierno presentó un proyecto de reforma del Consejo de la Magistratura obligado por un fallo de la Corte Suprema que generó tensiones con la oposición. A su vez, aún resta saber qué hará el Ejecutivo con el miembro del máximo tribunal que falta designar. En este contexto, los ministros de la Corte volverán a estar de manera presencial luego de que se les negará la posibilidad de hacerlo por zoom. La tensión se podrá percibir en el recinto. 

A diferencia de las tres anteriores, la Asamblea Legislativa de este martes será la primera en la que Fernández enfrentará un clima político con más incertidumbres que certezas.