El presidente, Alberto Fernández, señaló que no se puede seguir mirando impávidos las condiciones de hacinamiento en que están hoy las cárceles, a través de una videoconferencia desde la residencia de Olivos, para inaugurar las obras de infraestructura en tres cárceles del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB), que incluyen 364 nuevas plazas, salones de usos múltiples, escuelas y talleres.

“El encierro debe tener límites éticos y no puede haber más penuria que esa”, afirmó el mandatario en comunicación con el gobernador bonaerense, Axel Kicillof, que se encontraba en la Unidad N°32 de Florencio Varela.

El presidente aseguró: “La pérdida de la libertad es algo muy pesado para cualquier ser humano. Hay quienes dicen que es necesario que esa persona que hizo un mal se resocialice, y así tiene que ser”. Además, insistió en la necesidad de que las personas que están en la cárcel “soportando el castigo del encierro tengan la posibilidad de prepararse para el día en que vuelvan a estar libre” y que el encierro no se convierta en un hacinamiento “que vuelva más violento a quien está preso”.

“Los condenados deben tener un trato humanitario y ético, tener la posibilidad de estudiar y formarse, ver a sus seres queridos”, agregó el presidente.

A su vez, también indicó: “Tampoco queremos vivir en una sociedad en la que quede impune el delito, sino que queremos que cuando ocurre el delito sea castigado”.

El Plan de Infraestructura Penitenciaria de la provincia de Buenos Aires cuenta con una inversión de 800 millones de pesos, y prevé la edificación de un total de 1350 nuevos lugares de alojamiento para fines de este año. El proyecto tiene el objetivo de construir pabellones, salones de usos múltiples, escuelas y centros de salud. 

Las obras inauguradas están localizadas en las Unidades N°32 de Florencio Varela, N°28 de Magdalena, y N°47 de San Martín. En la primera, se construyeron 144 nuevas plazas distribuidas en tres pabellones, un salón de usos múltiples, un taller y una escuela; en la segunda, 156 plazas en tres pabellones, un SUM y una escuela; y en la tercera, 64 plazas en el sector de pre-egreso, y divididas en ocho casas nuevas, donde se alojan los internos que cumplen sus últimos meses de condena.

En todos los casos, las obras fueron trabajos que quedaron paralizados durante la gestión provincial anterior.