“Quedó comprobado cómo el imputado utilizando su fuerza física, ejerciendo abuso intimidatorio de poder y violencia de género, reducía bajo su dominio a la víctima, y la ponía como un mero objeto de satisfacción sexual, de cosificación, sometiéndola de forma violenta, ultrajante y degradante, haciéndolo por el transcurso de un poco más de tres meses”.

En un dictamen contundente, los fiscales Santiago Vismara y Mariela Labozzetta (titular de la Unidad Fiscal Especializada de Violencia contra las Mujeres) solicitaron que José Alperovich vaya a juicio oral para determinar si es culpable de abusar sexualmente de su sobrina segunda.

Al también exsenador nacional se lo acusa de tres hechos de abuso sexual -dos de ellos cometidos en tentativa- y de seis sucesos de violencia sexual agravada por haber sido con acceso carnal. “En todos los casos, mediando para su comisión intimidación, abuso de una relación de dependencia, de poder y de autoridad”, indicaron los fiscales que intervinieron en el caso desde el principio. Las situaciones de abuso se produjeron tanto en Tucumán como en la Ciudad de Buenos Aires entre 2017 y 2018.

“No estamos en presencia de un único y aislado testimonio, sino que existen numerosas pruebas que han podido recabarse y que permiten afirmar, con la certeza requerida en esta etapa, que los hechos denunciados ocurrieron del modo que hemos expuesto, y que su autor ha sido el aquí imputado José Jorge Alperovich”, puntualizaron los fiscales.

En su dictamen, que ahora debe considerar el juez Osvaldo Rappa, consideraron que existieron distintos factores que explicaban la relación de asimetría que existía entre víctima y victimario y como Alperovich utilizaba eso para violentar a la joven. Resaltaron en ese sentido la relación familiar que tenían; la diferencia de edad; la situación de dependencia laboral; el posicionamiento político y social del acusado.

“En este sentido, no perdemos de vista que los elementos colectados dan cuenta del contexto de permanente control y humillación en el que se desenvolvía esa relación, el constante tono imperativo de él hacia ella y la naturalización del entorno de frases obscenas proferidas por él y dirigidas a ella y a otras personas”, explicaron en el escrito que presentaron los acusadores.