El presidente Alberto Fernández convocó ayer a una mesa política nacional del Frente de Todos. Se trató, sin dudas, de una respuesta directa a la reunión del pasado martes en Merlo por parte de un sector del oficialismo. Las cosas no están bien para adentro de la coalición de gobierno. La presión es fuerte. Y tras los roces algunas heridas todavía no cicatrizan.

El cónclave fue la herramienta con la que parte del kirchnerismo, en alianza con el Frente Renovador y algunos intendentes, logró la reacción del Presidente. Claro, no todos quedaron contentos con lo sucedido. En Buenos Aires, siete de los 19 intendentes con los que cuenta el Frente de Todos en el Conurbano no se hicieron presentes en la cumbre.

Dentro de los jefes comunales que decidieron no acoplarse a la foto de presión interna está el mandamás de La Matanza, Fernando Espinoza, quien no se muestra cercano al kirchnerismo. El punto de inflexión se dio en noviembre pasado cuando el líder del Movimiento Evita, Emilio Pérsico, se reunió con la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner.

Sucede que su esposa, la diputada Patricia Cubría, es la principal competidora interna que tiene hoy el alcalde. En su momento, la pareja también recibió en su casa al presidente del PJ bonaerense, Máximo Kirchner. La relación, según le confiaron a Data Clave, entre el líder de La Cámpora y Espinoza “está en un mal momento, pero no es algo terminal”.

El intendente de La Matanza es uno de los que dilata el apoyo para la reelección del gobernador Axel Kicillof. Y justamente fue Cubría quien en las últimas horas salió a “bancar” otro mandato del mandatario provincial. Y expuso un problema más allá: “Creo que hay otros intendentes que está apetecidos por la vicegobernación”. Cabe recordar que ese lugar hoy lo ocupa la matancera Verónica Magario, quien tampoco se hizo presente el pasado martes en Merlo en otra clara señal de que las diferencias internas con el kirchnerismo existen.

Con este marco, Espinoza tiene por delante un frente muy complejo hacia adentro del FdT. Incluso ya hay otros interesados en salir a disputarle el poder local con el fin de acomodar la mayor cantidad de soldados propios y así limitar la fuerza política de un intendente con poder de Provincia.

Para colmo de males, el jefe comunal enfrenta un ataque doble ya que, además de lo que ocurre en la interna, hoy debe lidiar con todo lo que se generó a partir de la divulgación de los datos parciales del Censo 2022 que expone un alza de la población más baja de la que se había proyectado.

Esto provocó una fuerte reacción del PRO que, a través de la denuncia presentada por el intendente de Tres de Febrero, Diego Valenzuela, ahora busca exponer la situación y salir a pelearle a la Provincia una devolución en favor de los 134 distritos que se vieron perjudicados por lo que, según consideran, se trató de una adulteración de los números en el Censo 2010.

Ahora, Espinoza deberá defenderse para poder recuperar la fuerza y salir a dar la pelea tanto hacia adentro como también hacia afuera del Frente de Todos.