Pese al plan de Seguridad anunciado por Nación y los aumentos a la Bonaerense, las tensiones entre los mandatarios distritales, el ministerio de Seguridad y los mandos medios de la fuerza no ceden. En la cartera que conduce Sergio Berni creen que hubo fuego amigo detrás de las movilizaciones: “hay que mirar hacia La Matanza, Hurlingham y Lomas de Zamora”, sueltan. Y sostienen que sobre un reclamo legítimo se montaron otras cuestiones.

En medio de los cuatro días de protestas de efectivos de la Provincia, hubo algunas fisuras entre los municipios y el gobierno provincial. Hay quienes creen que a partir de la crisis se develó cierta desconfianza que existe entre algunos jefes comunales del PJ y el gobernador Axel Kicillof, arrastrada a partir de diferencias en las políticas sanitarias de los distritos y de una gobernación que no afloja las restricciones.

Las disidencias detonaron con el conflicto policial. Detrás del anuncio de incrementos en los sueldos mínimos de la policía y el “codazo” efusivo entre Kicillof y Berni, hay secuelas de lo que fue la semana anterior. En las intendencias cuentan que “a partir del anuncio del plan de Nación se generó un run run” y que hubo falta de canales de comunicación y de cintura política para prever la situación. Apuntan a una falta de conducción interna y a rupturas en la cadena de mandos intermedios de la fuerza. Creen que pudo haberse resuelto en los escritorios y no en las calles o con armas alrededor de la residencia presidencial.

En las últimas horas, en diálogo con Romina Manguel, Berni dijo que “muchos de los policías que rodearon la quinta de Olivos estaban drogados y alcoholizados” y admitió que sabía que iban a ir hacia allí, pero que no utilizó a infantería para evitar muertes. Afirmó que la cadena de mandos no se rompió, que no presentó su renuncia y que no se la pidieron.

En el sur del Conurbano hay dos versiones al respecto: en el entorno de Berni y en otros municipios dicen que desde Lomas de Zamora apelaron al serrucho y que hubo un pedido a Kicillof para que bajara al ministro como gesto político; aunque desde Lomas niegan: “Martín (Insaurralde) no es opinador de la gestión de nadie. No está ni cerca de querer ser ministro. Con los bardos que hay en Lomas…”, señalan.

Sobre las declaraciones de Berni contra la policía hay una creencia de que confrontar no es el mejor camino en estos tiempos. “Enojarse con la policía, putear a toda la policía, está equivocado el ministro”, resaltan por estas horas. Además, marcan diferencias entre intendentes pejotistas a los que Berni “no les da bola” y que pasan información por debajo a los medios para desgastar a Superberni, que atraviesa semanas difíciles.

Otro de los mencionados en la rosca de quienes podrían aspirar al cargo en la cartera de Seguridad provincial es Juanchi Zabaleta, aunque desde Hurlingham desmienten las versiones que lo señalan entre otros supuestos aspirantes como Alberto Descalzo, de Ituzaingó. “Fue un rumor del que nunca se habló. Acá en Hurlingham ni siquiera estuvo el problema con la policía”. Por el lado de Descalzo, dicen que “Alberto es un tipo grande, no lo vemos a él levantando un tema tan complejo”. En junio, Berni ya había cruzado a Zabaleta en las redes sociales.

Algunos intendentes dejarán la crisis policial en manos del gobierno de Kicillof. Quieren desprenderse y quizás, especular con la resolución final. Voceros no oficiales de la policía ya aclararon que los aumentos no alcanzan para satisfacer todas las demandas y las tensiones están vigentes. En tanto, esta mañana en conferencia de prensa el jefe de gabinete de la Provincia, Carlos Bianco, también cuestionó a los policías que encabezaron las protestas: “Los hemos visto amuchados, con el barbijo mal puesto: lamentablemente esto tendrá impacto en la cantidad de contagios, como lo tuvo luego de las manifestaciones anticuarentena y antiperonistas”.