Sigue la polémica por el proyecto del kirchnerismo para reformular el sistema de Salud, que fue anticipado en exclusiva por Data Clave. Distintos sectores sindicales y de las prepagas ya están alertas por la situación

Con este mismo medio hace poco habló Luis Maria Degrossi, titular de la Asociación de Entidades de Medicina Privada (ADEMP) y expresó que "están atentando contra una de las pocas cosas que funcionan bien en Argentina".

En ese sentido, Data Clave también dialogó en exclusiva con Jorge Colina, economista y presidente del Instituto para el Desarrollo Social Argentino (IDESA). A su vez, es experto en el análisis económico de la actividad privada de los hospitales. Coincidió en el diagnóstico de Cristina Kirchner, aunque aseguró que "no es ninguna idea nueva" y que "todos los analistas coinciden en unificar el sistema, pero es imposible llevarlo a la práctica" porque todos prefieren que esté fragmentado.

La entrevista completa:

Data Clave: ¿Cómo fue el año económico para la salud privada en 2020?

Jorge Colina: Hay que diferenciar las prepagas de lo que son los prestadores médicos. En el primer caso no tuvieron muchos problemas, porque siguieron teniendo ingresos y tuvieron pocos gastos por la falta de atención, a raíz de la pandemia. El problema estuvo en los prestadores, si bien la gente se aisló la cuarentena se aisló y no trató sus afecciones comunes, los pacientes de covid nunca llegaron. Por lo cual facturaron muy poco y tuvieron fuertes pérdidas. Eso lo pudieron sostener con el ATP, pero todavía están trabajando por debajo de su potencial. Para colmo el Gobierno quería terminar esa asistencia en enero, y complicaría mucho más la situación.

DC: ¿Cuánto complicaron los efectos del coronavirus y qué inversión implicó para que no haya saturación?

JC: Los hospitales estaban sin facturar y no podían pagar los salarios. Por cada peso, 75 centavos van a salarios y honorarios. Si se le cae a la mitad la facturación, no se puede pagar. Por eso compensó el ATP, porque además de despedir, iban a tener que cerrar directamente. Para lo que viene también hay mucha incertidumbre, porque el covid no se fue y seguramente se recrudezca. A eso se le suma que la gente ya no puede dejar pasar las afecciones que no se trataron el año pasado. Creo que estamos en un contexto de entrar en un cuello de botella, una situación más complicada al año anterior.

DC: ¿Mejoró un poco la situación cuando hubo flexibilizaciones en el país?

JC: La gente empezó a volver, pero goteando, pero había mucho temor en la gente por no querer contagiarse de coronavirus. Entonces algo de trabajo se recuperó, pero trabajaron al 70% de su capacidad. Inclusive en la terapia intensiva, muchos pensaban que iba a desbordarse, pero en ese sector trabajaron al 75%, cuando en otros años se trabaja entre el 85% y 89%.

DC: ¿Cómo impacta la marcha atrás del aumento de la cuota de las prepagas?

JC: El problema es que cuando la prepaga no consigue un aumento, no se lo termina dando al prestador. Así se sobrelleva la situación en las negociaciones. Si no hay aumento en las prepagas, lo sufren los prestadores, porque no pueden subir sus precios. Cuando los líderes piden esto, es más por sus propios prestadores.

DC: ¿Cuáles fueron los costos que tuvieron mayor aumento de precios por la demanda?

JC: Lo que más subieron fueron los medicamentos y los descartables, que son los elementos de protección personal contra el coronavirus. Subió cerca del 300%, lo que pasa es que no se consume tanto, entonces en el promedio entre ambas cosas podemos decir un 60%, muy por encima de la inflación. Y hablamos de insumos de hospitales, que no se traslada a la gente porque se paga a través de la prepaga. Los medicamentos y descartables representan un 16%  del gasto total de un hospital, el resto son los salarios.

DC: ¿Qué opina del proyecto que trabajan sectores del kirchnerismo para unificar el Sistema de Salud?

JC: Lo que hay son rumores y versiones, por el momento no hay nada oficial. No se puede unificar el sistema de Salud argentino, porque la salud pública es una competencia de las provincias. Y no lo entregó la Nación, las provincias se la detentaron para sí en sus constituciones. Con una ley nacional no se puede modificar una constitución provincial. Lo que podría ocurrir es darse una ley nacional para intervenir las obras sociales, que no lo van a hacer por los sindicatos; o también prohibir la derivación de aportes y el que tenga obra social vaya a prepaga. Pero la gente va a trinar, entonces esto no tiene asidero técnico. Y si quieren estatizar, seguramente va a generar daño.

DC: ¿Qué opina el sector de la Salud por estas versiones?

JC: Toda la vida y en todo Congreso de Salud  que se hace en Argentina se brega con declamaciones por un sistema único de Salud argentino. Todos el mundo lo dice… ahora lo dice Cristina y hablan de estatización, pero no estoy seguro de que ella piense eso. Dijo de alguna forma que el sistema es fragmentado e ineficiente, y eso lo dicen todos los analistas del sector, nadie lo puede negar. Pero lo dice ella y parece que se viene el comunismo. Pero nunca vamos a llegar a eso, porque las provincias detentan para sí con la salud pública, el sindicalismo lo hace con las obras sociales y la gente quiere tener una prepaga y que no le unifiquen nada. Nadie quiere que lo saquen de OSDE para ponerlo en Camioneros…

DC: Me da a entender que coincide con el diagnóstico del Gobierno, pero no en la solución…

JC: Te diría más… Cristina no dijo nada nuevo, todos los analistas coinciden en que el sistema de Salud es ineficiente y fragmentado, lo dicen todos. Lo que pasa es que como lo dice ella y dicen que está el Instituto Patria y todos piensan en la revolución cubana. Yo no veo elementos para pensar en eso. Todos dicen de querer un sistema más equitativo, pero luego nadie quiere poner un peso para ir por ese camino. Andá a decirle a Moyano que tenga que compartir su buena obra social con la de textiles… ese sistema va en contra de los intereses de los que detentan la plata. Cambiarlo significa que los que más tienen le den a los que reciben menos ingresos, y no creo que eso pase.

DC: ¿Cuál es su diagnóstico para el 2021 con las nuevas restricciones y con la cercanía de una segunda ola?

JC: La perspectiva no es para nada positiva. Las autoridades no supieron manejar bien la pandemia el año pasado, y no tenemos por qué pensar que lo harán bien ahora. La Nación está tomando las decisiones por todas las provincias y municipios del país, pero las realidades son diferentes. No es lo mismo Pinamar que lo que ocurre en Mar del Plata, donde hay mucha menos gente. Es todo muy desprolijo lamentablemente, y aún con estas medidas la gente se va a contagiar igual.