“Esto no es tarea de una persona, es tarea militante. Basta de pedirle al otro que haga cosas que nosotros no estamos dispuestos a hacer. Hay que romperse lo que hay que romperse y lo tienen que hacer todos y todas”.

Todavía quedaron ecos en la Plaza de Mayo de lo que fue el último discurso de Cristina Fernández de Kirchner ante una multitud de militantes para celebrar un nuevo aniversario de la Revolución de Mayo. Con esa frase, que dijo casi sobre el final de su alocución, ratificó una vez más que no será candidata y que el Frente de Todos tendrá que construir a un precandidato para las elecciones generales de este año.

El mensaje de la vicepresidenta fue directo hacia la militancia y hasta fue interpretado por algunos dirigentes como una llamada de atención. Alguna vez dijo lo mismo Axel Kicillof cuando pidió a los suyos que debían “bajar al territorio” para explicarle a los vecinos qué es lo que no funcionó de su Gobierno. Máximo Kirchner, visiblemente enojado con el gobernador, le contestó en ese mismo acto: “No hay que bajar al territorio, hay que subir a la militancia a los lugares de decisión de una buena vez por todas”.

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En este caso, la marcada de cancha de CFK no generó un desplante público de su hijo. Y esto se debe a que los esfuerzos del Frente de Todos están puestos en generar una síntesis de cara a las próximas elecciones. No es casual que la vicepresidenta se haya reunido hace poco tiempo con dirigentes del Movimiento Evita, con quienes estuvo distanciados durante gran parte de este Gobierno.

El análisis que expuso Cristina Kirchner es que Argentina va rumbo a tener una elección de tercios en el corto plazo. Y esto se debe a que hoy se ven tres frentes bien marcados: Juntos por el Cambio representando a la centroderecha, Javier Milei como referente de los liberales-conservadores y el Frente de Todos como el espectro progresista de centro-izquierda.

Una buena cantidad de encuestas dan cuenta de que, si hoy fueran las elecciones, el peronismo corre el riesgo de no llegar al balotage y quedar relegado al tercer puesto, llegando a la segunda vuelta JxC y los liberales. Según Taquión, que hizo una encuesta sobre 2669 casos del 8 al 13 de mayo, la coalición opositora lidera el primer lugar con el 33% de los votos, seguido por Milei con el 26,3% y el FdT con 23,7%.

Fuente: Taquión

No es el único problema que tiene el Frente de Todos en el horizonte. Las encuestas  -que tienen al peronismo en un tercer lugar y peleando voto a voto con los liberales- son con Cristina en el centro de la escena y como potencial candidata. Y la ecuación que hacen algunos dirigentes es que difícilmente todos sus votos se trasladen al de otro precandidato, aún siendo o no de su cercanía.

El ejemplo más claro es el del ministro del Interior, Eduardo ‘Wado’ de Pedro, quien ya lanzó su precandidatura en redes sociales y se vieron una gran cantidad de pegatinas por la Ciudad de Buenos Aires con su nombre y el de CFK. “Esta es la posta que va a tomar una nueva generación”, dice el spot que salió en sus cuentas oficiales.

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Tweet de Wado de Pedro 🇦🇷

La consultora Clara hizo un relevamiento con 2.641 casos efectivos y bajo la metodología cuantitativa. Fue un cuestionario de cinco minutos que se le hizo cara a cara a personas mayores de 16 personas entre el 8 y 16 de mayo. Se planteó la elección sin CFK como candidata y, como resultados, dio que De Pedro tiene el 1,2% de los votos, detrás de Sergio Massa por amplio margen (10,3%). También lo dieron por detrás de Daniel Scioli (9,4%) y del propio Juan Grabois (1,5%).

Fuente: Clara

La idea de tener una PASO competitiva no es algo que termine de cerrar filas dentro del Frente de Todos. De las tres patas que componen a la coalición oficialista, sólo una quiere y es la que se recuesta en la imagen de Alberto Fernández. El jefe de Gabinete, Agustín Rossi, planteó que el último discurso de CFK “no cambia nada” y que apuntan a que haya competencia. El kirchnerismo y el Frente Renovador le escapan a esta idea.

El “Albertismo” considera que lo mejor que le podría pasar al Frente de Todos es que haya una interna entre Massa y Scioli, dos candidatos que tienen vuelo propio y que podrían llegar a captar el voto kirchnerista de pura cepa. El exgobernador de la Provincia de Buenos Aires ya lo demostró en 2015 y cuenta con una ventaja: en ese año compitió con Mauricio Macri y, pasado el tiempo, se cumplieron todas sus profecías que presagiaban la vuelta del Fondo Monetario Internacional y la política de endeudamiento externo que el propio Macri negaba.

La consultora Giaccobe & Asociados también hizo una encuesta a principios de mayo y sobre 2.500 casos efectivos. El ministro de Economía y el embajador argentino en Brasil casi que tienen la misma intención de voto y niveles de aceptación.

Fuente: Giaccobe & Asociados

Otra encuesta realizada por Synopsis marca un panorama interesante en torno a las dos coaliciones mayoritarias del país. En el Frente de Todos, sin Cristina Kirchner ni Wado de Pedro de por medio, Massa le ganaría a Scioli por una diferencia de cuatro puntos; en Juntos por el Cambio, Horacio Rodríguez Larreta superaría a Patricia Bullrich por dos puntos.

Fuente: Synopsis

La misma consultora considera en su análisis que “la competitividad del candidato se maximiza cuanto más al centro se encuentra en relación a la posición de su rival”, relación que aplica a todas las fuerzas políticas. Es más, sobre ese diagnóstico, el resultado da que Rodríguez Larreta superaría a Bullrich y Milei y que también lograría una ventaja con Massa por el desgaste de su gestión.

Con encuestas en mano, el Frente de Todos sabe que tiene una gran dificultad para las próximas elecciones al no tener a CFK en carrera. La vicepresidenta tampoco dio indicios de cómo será la estrategia electoral y hoy lo que sobran son candidatos, pero ninguno con el poder de fuego para contener sus votos y maximizarlos.