Hermetismo. Euforia contenida. Rebelión de los halcones. La venganza de Mauricio Macri. El respeto mutuo de los precandidatos en la Ciudad de Buenos Aires. El catering y el cotillón. Todo esto ocurrió en un solo lugar y fue en Golden Center, el lugar que terminó de ordenar a Juntos por el Cambio de cara a las elecciones generales de octubre.

La jornada arrancó para la prensa a las 17 horas. El ingreso fue por Colectora Av. Intendente Cantilo en un predio lindero con Parque Norte. El epicentro fue el Salón Ombú de Golden Center, el lugar que llegó para reemplazar a Costa Salguero, el refugio de JxC en las elecciones pasadas.

El lugar, nobleza obliga, contaba con todas las comodidades. Incluso hubo un servicio de catering durante toda la jornada con merienda y cena. Medialunas, “muffins”, frutas, infusiones y luego gaseosa con hamburguesas, pizzas y empanadas. Alimentos que, dicho sea de paso, fueron envidiados por muchos familiares y dirigentes de Juntos por el Cambio que se encontraban del otro lado del vallado que separaba a la prensa del escenario. A modo de chiste, un dirigente veía pasar las bandejas con comida y recriminaba: “Ustedes los periodistas tienen la información de los votos, las sillas y hasta la comida”.

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La jornada periodística fue hacer una descripción de ese contexto ante la falta de los protagonistas. En el ambiente se notaba un clima de poca alegría. Pasadas las 18 horas empezaban a llegar los primeros dirigentes. El que tomó la palabra inicial fue Eduardo Amadeo, exdiputado y uno de los que asesora en materia económica a Patricia Bullrich. “Los equipos van a reunirse a partir del lunes, gane quien gane. Es una obligación la unidad”, le decía a este periodista en la “zona mixta”.

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Lo que siguió después fue la presencia de personalidades destacadas que animaron la campaña. Apareció, una vez más, Pablo Cabaleiro, más conocido como “El Mago sin Dientes”. Con cara más sonriente, se jactó de haber sido el primero en llegar, teniendo en cuenta que en las elecciones de 2019 se mofaron de él por haber quedado solo en el búnker tras la catastrófica derrota de Juntos por el Cambio ante el Frente de Todos.

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Otra protagonista fue Alejandra “Locomotora” Oliveras. Llegó al lugar producida para una noche de gala, pero también llevó en su cartera un guante de boxeo. Dejó en claro desde un primer momento su respaldo a Bullrich. “La estoy apoyando a muerte. Creo en su palabra y es la persona indicada para cambiar esta realidad”, expresó. Incluso se animó a dar un pálpito en caso de que se de un balotaje entre la “Piba” y Javier Milei, escenario altamente probable de acuerdo a los resultados: “Va a ganar Patricia ampliamente, aunque Milei también me parece una persona muy preparada”.

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El grueso de los dirigentes llegó pasando las 20 horas. En gran parte, todos se identificaban con la bandera de los halcones. Estuvo el bailarín Maximiliano Guerra, hoy candidato a diputado nacional por la Ciudad de Buenos Aires. También charló con este medio el exsecretario de Derechos Humanos, Claudio Avruj. “No me sorprende lo de Milei. Hay que entender que él se ha planteado en esta campaña como un elemento disruptivo”, analizó.

También se sumó a conversar el polémico Alejandro Fargosi, una pata importante de Juntos por el Cambio en el mundo judicial. “Nuestro desafío en Juntos por el Cambio es ponernos a trabajar todos juntos para reconstruir un país que está destruido. La interna fue necesario para definir quién lidera”, le expresó a este periodista. También dijo que Bullrich y Milei tienen más coincidencias que disidencias.

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Pasaban las 21 horas y seguían sin aparecer los dirigentes embanderados con el proyecto político de Horacio Rodríguez Larreta. Ninguno de ellos. En el medio, empezaban a moverse como peces en el agua los principales laderos de Bullrich. El primero en hacer esto fue el santafesino Federico Angelini, pilar en la construcción de su campaña. El diputado se entremezcló con la prensa y adelantó que, según sus números, su candidata había logrado un amplio triunfo en todo el país, salvo en San Juan y Jujuy.

La primera sorpresa de la noche fueron los primeros resultados en la Ciudad de Buenos Aires. Con un 50% de mesas escrutadas, la interna de JxC daba como ganador a Jorge Macri por una mínima diferencia ante el radical Martín Lousteau. Una diferencia de apenas un punto y medio que se mantuvo hasta el final, situación que derivó en el triunfo del primo de Mauricio. Un triunfo con sabor a poco teniendo en cuenta que los analistas cercanos a Macri proyectaban una victoria por más de 6 puntos de ventaja. Leandro Santoro, ahora su principal competidor, sacó más del 22%.

Jorge Macri, Lousteau y sus candidatos fueron los primeros en estrenar el escenario de Golden Center. Contrario a Bullrich y su irrupción estelar, el exintendente de Vicente López le cedió la apertura al líder de UCR-Evolución, quien reconoció públicamente su derrota. Luego, Macri brindó un discurso curiosamente conciliador. Felicitó a sus adversarios políticos y hasta le reconoció virtudes de sus agendas políticas: a Ramiro Marra le destacó sus propuestas para la reducción de impuestos y a Santoro su vocación de querer revisar el Código de Desarrollo Urbano por el negocio inmobiliario en la Ciudad.

En la previa del discurso de Macri, quien llegaba a Golden Center era Patricia Bullrich y sus principales laderos. Irrumpieron al grito de “Patricia presidente”. Previamente, la “Piba” adelantaba en declaraciones periodísticas que Larreta, sin los resultados oficiales, ya le había reconocido su derrota.

La performance de Bullrich y Luis Petri fue distinta a la de Jorge Macri. La exministra de Seguridad subió al escenario sin la presencia de la fórmula adversaria. Brindó un discurso enérgico en el que se le notó cierto nerviosismo. Duró poco más de 10 minutos y se trabó en tres oportunidades. Y al igual que el resto, también elogió a Milei: “Con él coincido en que el Estado no puede ser la cueva de La Cámpora”.

Bullrich terminó su discurso y los militantes y dirigentes presentes gritaban “Patricia presidente” y otros cánticos como “los halcones, y vamos los halcones”. También gritaron “hay que saltar, hay que saltar, que el kirchnerismo, no existe más”. 

Acto seguido, llamó a un rendido Rodríguez Larreta para que se acercara al escenario a brindar unas palabras. En tono de derrota, felicitó a su rival y garantizó la unidad pensando en las elecciones de octubre. “No tengo duda que esto es el primer paso para garantizar el triunfo en octubre y gobernar este país”.

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Petri y Gerardo Morales se limitaron a ser meros espectadores. Actores secundarios de una interna que claramente era y siempre fue del PRO. Y en cuanto a esto, el momento éxtasis para los halcones fue en el final, cuando Patricia Bullrich reconoció públicamente a Mauricio Macri y le pidió que se acercara.

Macri finalmente tuvo su dulce venganza. Lo primero que hizo al subir fue abrazar a Bullrich e intercambiar un saludo frío con Rodríguez Larreta. Acto siguiente, Macri le pidió el micrófono al jefe de Gobierno porteño y lo tapó ante las cámaras en su alocución. Una demostración absoluta de poder y volviendo a mostrar, una vez más, que sigue siendo el jefe del PRO. “Tenemos que sacarle la pata de encima a la gente y devolverle la libertad, que es lo que todos estamos planteando”, concluyó.

Tweet de Matías Quaranta