El objetivo en la previa es realizar un trabajo en conjunto y coordinación para evitar incidentes. El Superclásico que se jugará este domingo por la tarde tiene como claro antecedente lo sucedido en 2018: ante un episodio de violencia por parte de un hincha de River Plate tras un pésimo operativo de seguridad, el encuentro termino trasladándose a Madrid. 

El antecedente “Quinteros” (por la calle donde mandaron al micro de Boca) es algo que ninguna de las gestiones de Seguridad quieren que se repita. El piedrazo y la suspensión del partido llevó a la renuncia del ministro porteño Martín Ocampos, muy enfrentado con la por entonces ministra nacional de Seguridad Patricia Bullrich, quien volvió a ese cargo de la mano de Javier Milei. En ese momento, Nación le echó toda la culpa a Ciudad, por más de que en el operativo doble (Bombonera-Monumental) se usaron fuerzas y recursos federales.

Cinco años y medio después del incidente, tanto desde Córdoba como desde Nación quieren evitar cualquier tipo de contratiempo. Desde la provincia desplegaron un operativo que incluye entradas diferenciales, efectivos desplegados en las cercanías del estadio Mario Alberto Kempes y la coordinación con las fuerzas federales para el monitoreo de rutas. Incluso hasta hubo recomendaciones para que los hinchas de Boca y River viajen por rutas distintas. En el caso de los simpatizantes Xeneizes, por la 8 y la 36; los fanáticos millonarios, por la 9.

Desafío superclásico: prueba de fuego para los operativos de Seguridad nacionales y provinciales

Está claro que el plan es que los micros de hinchas ingresen a la ciudad por rutas distintas pero justamente el recorrido hasta llegar a Córdoba es uno de los puntos claves del operativo. La idea es limitar al máximo cualquier choque entre barras o entre hinchas y mostrar que se puede organizar un partido con las dos parcialidades, algo que sucede bastante poco en el fútbol local tras la prohibición de asistencia de los visitantes, hace ya más de diez años.

“Si hace mucho no tenemos un Superclásico con ambas hinchadas, algo mal hemos hecho como futboleros. Ojalá la gente ayude para volver a tener un clásico con ambas hinchadas”, expresó el presidente de Boca, Juan Román Riquelme en la conferencia de prensa que compartió con el vice de River, Ignacio Villarroel y el presidente de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), Claudio Tapia.

No solo será una prueba para Córdoba, donde todo está siendo coordinado por el ministro de seguridad Juan Pablo Quinteros y Marcelo Frosasco, titular del Consejo de Seguridad deportiva de la provincia. El otro nombre relevante es el de Franco Berlín, director de Seguridad en Eventos Deportivos de la Nación. Sin experiencia en el área, su nombramiento se dio a conocer en febrero y se relaciona íntimamente con su cercanía a la ministra Bullrich. Fue su chofer y es un estudiante que cursa el tercer año de la carrera de abogacía.

“Estamos trabajando en conjunto con las distintas jurisdicciones para que haya una comunicación fluida para el traslado de las distintas parcialidades. Estamos comprometidos para que sea una fiesta en paz y en familia”, sostuvo Berlín a Data Clave. El Superclásico contará con unos 1.900 efectivos policiales.

Berlín reconoció en uno de sus últimos reportajes que no tiene mucha relación con la tribuna, tanto de funcionaro como hincha. Reconozco que fui poco. Pero las veces que fui viví la violencia no tanto dentro del estadio, sino en todo lo que sucede afuera, con los trapitos, con las aglomeraciones. Si querés cambiar los comportamientos de los hinchas primero hay que tratarlos bien”, aseguró.

El Superclásico no es la única tarea que tiene Berlín este fin de semana. Si bien es la más importante, también tendrá que prestar especial atención a los partidos que se jugarán en la provincia de Buenos Aires. Argentinos Juniors y Defensa y Justicia jugarán en la cancha de Banfield, mientras que Estudiantes de La Plata y Barracas Central lo harán en el estadio de Platense.

El domingo será un día crucial para los organismos de seguridad, tanto provinciales como a nivel nacional. El destino de la Copa de la Liga 2024 hizo que haya un Superclásico prematuro y que, casi seis años después, vuelva a haber público de ambas parcialidades. La última vez que hubo hinchas de Boca y River en un mismo estadio fue en Madrid. ¿Será el comienzo de una nueva etapa?