"Y he sabido que el guerrero que murió lleno de honor, ni murió ni fue guerrero como me engrupiste vos", reza la letra del tango. 

De la historia de Eduardo Villarruel dimos cuenta en Data Clave en notas anteriores. El padre de la vicepresidenta, que falleció en 2021, fue "Chingui" para su familia y amigos, e integró el Ejército Argentino. Él mismo escribió sobre su desempeño en los setenta: “He intervenido en la lucha contra la subversión, tanto en ambiente urbano como rural, habiendo participado activamente en la ‘Operación Independencia', oportunidad en la cual se me otorgara el correspondiente Diploma de Honor”.

Eduardo Villarruel, el héroe que no fue: cierre de archivos de Defensa y “condecoración de guerra” del relato oficial

Luego de esta estadía en Tucumán durante 1976, Villarruel padre pasó varios años en Campo de Mayo hasta que en 1982 fue convocado para combatir en Malvinas. Por ese accionar fue mentado en el acto oficial del 2 de abril por su propia hija, quien lo recordó como un "héroe de guerra condecorado" cuando fue Segundo Jefe de la Compañía de Comandos 602 al mando del entonces Coronel Aldo Rico. 

Pero su legajo dice otra cosa, tal como mostró esta semana el periodista Ari Lijalad: Eduardo Marcelo Villarruel jamás fue condecorado. En 1990, ocho años después de concluida la guerra, el militar reclama un reconocimiento para los sesenta integrantes de la Compañía que ni siquiera dirigió, algo totalmente fuera de cualquier protocolo por varias razones: porque quien debería reclamar, en todo caso, algún premio es el Jefe de la misma, en este caso Aldo Rico. En segundo lugar, porque finalizada la guerra se creó un Comité evaluatorio del accionar de cada comando y cada combatiente en particular, que consideró a quienes premiar por sus actos de guerra, y así se hizo durante 1983 y 1984. Luego de eso, se dio por concluida cualquier condecoración posible. 

Pedido de condecoración
Pedido de condecoración

Entre 1990 y 1993, tardía pero airadamente, Eduardo Villarruel toma como propia la causa e insiste de tal manera durante cuatro años con ser condecorado él y sus compañeros, reclamo que saltaba todo tipo de legalidades, que terminó penalizado con ocho días de arresto. 

Rechazo 1
Rechazo 1
Rechazo 2
Rechazo 2
Rechazo 3
Rechazo 3
Rechazo 4
Rechazo 4

La condecoración nunca existió. La vicepresidenta presentó, en alguna ocasión, un par de diplomas que demostrarían un reconocimiento extraordinario del accionar de su padre en la guerra. La realidad es que son los diplomas que todos, absolutamente todos los que participaron de la gesta, recibieron. 

Diploma 1
Diploma 1

En entrevista radial el General (R) Martín Balza habló con el periodista Mariano Martín y aclaró el panorama, ya que fue quien firmó la negativa a condecoración alguna: "Las condecoraciones por el accionar en la guerra se entregaron uno o dos años después del hecho, en el 83 y 84; y después nunca más hubo condecoraciones. El que fue condecorado fue Aldo Rico, el jefe del Comando 602, los heridos y los caídos de esa compañía. Pero nadie más de ese Comando. Sería absolutamente excepcional hacer algo así, no corresponde." Aldo Rico aclaró off  the récord al mismo periodista: "Yo no pedí ninguna condecoración para Eduardo Villarruel".

La Comisión de Análisis y Evaluación de las Responsabilidades del Conflicto del Atlántico Sur elaboró un documento conocido como "Informe Rattenbach", donde se da cuenta de actos heroicos y de sucesos de espanto sucedidos durante el conflicto bélico, sus actores y sus consecuencias.

El legajo de Eduardo Villarruel, por otra parte, debería estar disponible en los archivos del Ministerio de Defensa y debería poder hacerse público, por lo que la vicepresidenta perfectamente podría zanjar la cuestión mostrando el legajo del padre, sus diplomas y condecoraciones (de existir) pues tiene fácil acceso al mismo. Allí también debería figurar que en 1987 se negó a jurar la Constitución, y su participación en los alzamientos carapintada contra la democracia. 

Diploma 2
Diploma 2

Los archivos de la buena memoria

Desde el 1 de abril dejará de funcionar las áreas de Defensa que investigan los crímenes cometidos durante la dictadura por las fuerzas represivas del Estado. 

Por orden de Luis Petri, quien la semana anterior a la decisión compartió un evento público al que asistieron varias esposas, hijas y hermanas de represores condenados acompañadas por Cecilia Pando y quienes se tomaron una fotografía con el ministro; ya no funcionarán los Equipos de Relevamiento y Análisis (ERyA) de archivos y documentación del accionar de las FFAA durante la dictadura. La medida responde también a un largo anhelo de Claudio Pasqualini, el secretario de Estrategia y Asuntos Militares y que acompaña a Petri como su segundo. Pasqualini fue el jefe del Ejército durante el gobierno de Mauricio Macri y un activo militante de la  “memoria completa”, desde hace ya varios años comparte actos y actividades con quien por entonces era solo la dirigente de Celtyv, Victoria Villaruel. Pasqualini está casado con Laura Renés, hija de Athos Renés genocida condenado a prisión perpetua por la masacre de Margarita Belén.

Eduardo Villarruel, el héroe que no fue: cierre de archivos de Defensa y “condecoración de guerra” del relato oficial

Los juicios por crímenes de lesa humanidad comenzaron luego de abolidas las leyes de obediencia debida y punto final. Por el decreto 4/2010 del gobierno de Cristina Kirchner, se crearon los Equipos de Relevamiento y Análisis que funcionaron hasta hace unos días dentro de la órbita de la Dirección Nacional de Derechos Humanos y de Derecho Internacional Humanitario del Ministerio de Defensa. El cargo, que estuvo vacante desde el 10 de diciembre de 2023 hasta el 15 de febrero de 2024, fue ocupado por el abogado Lucas Miles Erbes, quien el 4 de abril vio registrado su nombramiento por 180 días - contando desde febrero- en el Boletín Oficial. 

Erbes
Erbes

Erbes viene de trabajar en la OEA y en el último año, en la Embajada de los Estados Unidos. Los primeros días de marzo encabezó una comitiva de funcionarios del Ministerio quienes, a pedido de Petri, se presentaron en la Unidad 34 de Campo de Mayo para visitar a los sesenta y dos presos por delitos de lesa humanidad -secuestros, torturas, violaciones, desapariciones, robos, expropiación de bebés y asesinatos- que se encuentran allí alojados en condiciones muy por encima de los presos comunes. Los detenidos gozan de quincho, gimnasios con aparatos, tres huertas y dos canchas de tenis, entre otras comodidades. 

La visita, tal como da cuenta Página 12, fue encabezada por Erbes, a quien acompañó  Guillermo Madero, subsecretario de Estrategia y Política Militar estrechamente vinculado a Victoria Villarruel y la diputada libertaria Alida Ferreyra Ugalde. Los funcionarios compartieron charla con "El Turco Julián", Mario Sandoval, y dos viejos conocidos de la vicepresidenta por la amistad de ambos con su padre: Eduardo Ramos Campagnolo y Juan Daniel Amelong, a quien referenció en el debate con el candidato Agustín Rossi y de quien narramos su historial en Data Clave. 

El cierre de los Equipos conllevan, además, el despido de diez de los trece trabajadores que integraban el Equipo. Estos empleados estatales fueron quienes relevaron más de 17.000 legajos donde constaba el accionar de diversos integrantes de las Fuerzas Armadas durante la dictadura y como consecuencia elaboraron ciento setenta informes que fueron aportados a la Justicia. Está claro que el espacio y sus integrantes no son bien vistos por quienes pasaron o faltan pasar por el banquillo de los acusados. Uno de ellos, Horacio Luis Ferrari, el represor de la ESMA que está actualmente en juicio, en una de sus indagatorias acusó a los investigadores del Ministerio de Defensa de ser "soplones".

Es evidente que para poder cumplir con lo prometido en campaña, deben borrar las huellas de la memoria colectiva, que los criminales aparentan no serlo y construir una nueva en la que haya héroes y condecoraciones inexistentes.