Tras reunirse ayer por la tarde con el gobernador Axel Kicillof y poner en marcha la primera foto de unidad, Martín Insaurralde asumirá esta tarde como jefe de Gabinete bonaerense. El lomense tomará la oficina que hasta hace días ocupaba Carlos Bianco con un desafío inmediato y otro a largo plazo.

Para empezar, Insaurralde comandará la nómina completa de los ministros con el fin de ganar la territorialidad necesaria de cara a las elecciones de noviembre. El objetivo es dar vuelta la elección. Y en la Provincia, tras la renovación, se sienten confiados.

Su llegada fue celebrada por los intendentes bonaerenses quienes sientes que, tras las reuniones de la semana pasada, fueron escuchados por el gobernador. Y es que Insaurralde es, sin dudas, un dirigente más cercano a los jefes comunales que al propio Kicillof, con quien solo tuvo encuentros oficiales y no los une un vínculo directo.

Con su arribo, la Provincia también buscará robustecer, el menor tiempo posible, y también en el camino hacia 2023, que los alcaldes vuelvan a buscar el voto ascendente. “Hay que estar cerca de la gente. Por eso la presencia de Martín y de Leo (Nardini) que vienen de las intendencias. Esta reactivación se logra de abajo hacia arriba”, decía Kicillof al anunciar su ingreso al ejecutivo.

La intención de la Provincia es modificar la dinámica electoral del voto descendente y no perder la militancia de los jefes comunales por la boleta completa. “Martín nos asegura que los intendentes salgan a ganar el voto del Frente de Todos”, le dice a Data Clave un funcionario provincial. Y agrega: “Es comprensible el enojo de algunos, pero la damos vuelta entre todos. El que se corta, no vuelve”.

En la Provincia entendieron que debían dar una respuesta a la bronca de algunos intendentes por la caída del voto local y fueron al corazón de la cuestión: involucrarlos en el ejecutivo, un reclamo que nunca había sido escuchado.

Ahora Insaurralde no solo quedará al frente de la jefatura de Gabinete sino que pondrá en funciones a su círculo rojo. En concreto, pasará a ser un segundo gobernador. Su inclusión será acompañada a partir de diciembre por un recambio en la Legislatura que le quedará a medida.

Las llegadas de Mariano Cascallares (almirante Brown) y Alejandro Dichiara (Monte Hermoso) a Diputados, más la continuidad de Juan Pablo De Jesús, y el arribo de Walter Torchio (Carlos Casares) al Senado, lo dejarán en una situación de privilegio no solo a nivel legislativo sino también por su territorialidad.

Y es que los tres asumirán tras ser primeros candidatos, y por ende referentes directos, en la tercera, la cuarta y la sexta sección. Esto sumado al arraigo en la quinta que le da el exintendente de La Costa, De Jesús.

Todos forman parte de la mesa chica del ahora jefe de Gabinete. A ellos se les agregan el presidente de la Cámara baja bonaerense, Federico Otermín, y Nicolás Mantegazza, a cargo de San Vicente, y otros jefes comunales del Conurbano con los que mantiene buen vínculo.

Vale recordar que fue el propio lomense quien rompió el hielo con la entonces posibilidad de que Máximo Kirchner se hiciera cargo del PJ bonaerense. “Con Alberto al frente del PJ Nacional y Máximo al frente del PJ bonaerense, consolidaremos el camino que nos permitirá ponernos de una vez y para siempre de pie". Fue él quien en 2017 comandó un movimiento territorial que provocó la salida de Fernando Espinoza (La Matanza) y se acordó una presidencia alternada de manera anual entre Gustavo Menéndez (Merlo) y Fernando Gray (Esteban Echeverría).

Ahora lo que resta saber es de qué manera usará el poder Insaurralde y cómo se acomodará en un gabinete de ministros con la chapa de haber sido buscado, sin tener que candidatearse, para ocupar un rol clave rumbo a las generales de noviembre.