Desde que asumió la presidencia Alberto Fernández se produjeron dos movimientos simultáneos: aumentó la carga de los impuestos nacionales, y al mismo tiempo se redujo la cantidad de dinero recaudado a las provincias. Así lo destacó un informe elaborado por el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARF) que dio cuenta que este año, la carga impositiva nacional equivaldrá al 23,8% del Producto Bruto Interno, por encima del 23,4% de 2019, último año de gobierno de Mauricio Macri.

Según la proyección en base a los datos del Presupuesto 2021, esa carga impositiva aumentara 1,4 puntos porcentuales para llegar al 24,8%, solo de impuestos nacionales. Por contrapartida, el reparto de lo recaudado entre las provincias tomó un camino inverso al pasar del 49,6% en el 2019, al 48,7% para este año, y se proyecta caer al 47,3% en el 2021.

En líneas generales, “las proyecciones contenidas en el Presupuesto marcan un retorno al sendero de crecimiento de la presión fiscal en Argentina, que será del 0,4% del PIB en 2020 respecto a 2019 y de 1% del PIB en 2021, cuando según el Gobierno llegaría a 24,8% del producto”, explicó el informe.

El IARAF advirtió que “no todos los tributos se coparticipan, y aun los que se coparticipan no lo hacen todos en igual proporción. Sin entrar en mayores detalles, hay que considerar que los recursos de la Seguridad social y del Comercio exterior no se coparticipan, de manera tal que lo que ocurra con su recaudación impacta completamente en el nivel nacional de gobierno”. Lo mismo ocurre con otros tributos que no se coparticipan “como el impuesto PAIS (por la compra de dólares) y el impuesto al cheque”.