Desde que Disney anunció la compra del conglomerado Fox a nivel global en una megaoperación, todos los ojos estuvieron puestos en la posición dominante que pasarían a tener ESPN (ya propiedad de Disney) y Fox Sports. Para poder avanzar con esa fusión, Disney se vio obligado a desinvertir en derechos que tenían sus canales en México y pasó por diferentes cuestionamientos en diversos países de la región, entre ellos Brasil. 

En Argentina la fusión de hecho comenzó a fines de 2019, pero se hizo evidente ante el público en 2020. Primero con el pase de algunos periodistas de Fox Sports a la pantalla de ESPN, luego al compartir derechos entre ambas cadenas como los partidos de Copa Libertadores y Copa Sudamericana y finalmente con el traspaso de todas las figuras de ambas cadenas a ESPN. El punto definitivo se dio cuando ESPN decidió trasmitir en su pantalla los partidos de la Liga Profesional, derecho que la AFA firmó con Fox Sports (y TNT Sports) originalmente.

Pese a sus movimientos en pantalla, en Argentina, Disney aún no pudo avanzar en la fusión y su pedido sigue frenado (por el momento) por las autoridades regulatorias. Sin embargo, el fuerte lobby, que incluye a funcionarios del Gobierno nacional, empezó a activarse en las últimas semanas y podría generar, según dicen en el mercado, que finalmente el Ejecutivo incumpla su voluntad de evitar que haya un sólo competidor dominante en el mercado deportivo. Esto mantiene en alerta a los cableoperadores como el Grupo Clarín y a socios como Turner.

¿Qué pasa en la Argentina? Hace poco más de un año la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia decidió aconsejar a la Secretaría de Comercio Interior, presidida en ese momento por Paula Español, que rechazara la operación ante la "potencialidad de restringir o distorsionar la competencia del mercado”. En ese documento minucioso, que lleva la firma de su presidente Rodrigo Luchinsky, se plantea que esta operación tiene "la potencialidad de distorsionar la competencia" en el mercado y generar "una concentración de señales deportivas". A grandes rasgos, temen que ESPN se convierta en un monopolio y no dé lugar al posicionamiento de diversos actores del mercado.

Otro punto central en donde la resolución de la CNDC ya ponía el ojo es la posición dominante de Disney en el mercado y el apoderamiento de nuevos eventos como los partidos de la Liga Profesional de Fútbol (LPF). "Otro elemento que cabe destacar, es que el poder de negociación de la entidad fusionada también estaría reforzado por el hecho de contar en su portfolio de señales con la señal Fox Sports Premium, que cuenta con la exclusividad de la mitad de los partidos de la Liga Argentina de Fútbol, torneo de mayor relevancia del fútbol a nivel nacional", sostienen. Y agregan, los miembros de la CNDC, que la  "operación trae como consecuencia que la empresa fusionada contaría con 7 de las 9 señales deportivas básicas y con casi dos terceras partes del total del rating en señales deportivas, además de la señal Fox Sports Premium que transmite partidos de la Liga. Se deduce también, que como consecuencia de la operación el número de competidores pasaría de tres a dos".

Esto es tal cual, desde su fusión de hecho, Disney amplió sus tentáculos y tomó el control del 65% del mercado de señales deportivas por operador de televisión paga. Es dueño de Fox Sports, Fox Sports 2, Fox Sports 3, ESPN, ESPN 2, ESPN 3, ESPN+ y ESPN Extra. 

Ante esto, Defensa de la Competencia empezó a trabajar con la empresa en un plan de desinversión que destrabaría la operación de venta. Durante meses se bosquejó un plan que incluía el desprendimiento de una serie de derechos de transmisión relevantes y la venta del canal Fox Sports a un nuevo jugador sin relación con Disney. Pero en las últimas semanas hubo una serie de movimientos que frenaron este tratamiento, que ya venía bastante avanzado, y se intentó poner sobre la mesa una nueva hoja de ruta “ad hoc” para dar luz verde a la fusión.

Sorpresivamente, el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, se convirtió en uno de los principales interesados en que la fusión avance. Cabe aclarar que bajo la órbita de Kulfas está la Secretaría de Comercio Interior que es la que finalmente tiene que tomar la decisión administrativa. Ese veredicto lo hace bajo la recomendación (no vinculante) de la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia.

A los miembros de la CNDC los sorprendió cuando el fin de semana de semana del 9 de octubre recibieron un llamado del ministro pidiendo que se trabajara en un nuevo plan de desinversión. Un plan que era mucho menos “agresivo” que el anterior y que ya contaba con el aval de un Disney resignado. Ese fin de semana hubo una situación particular. Español, quien se oponía a la operación, fue reemplazada en Comercio Interior por Roberto Feletti. Según cuentan fuentes del Ministerio, Kulfas intentó convocar a una reunión de la Comisión a espaldas de Feletti para dar un tratamiento express y aprobar la desinversión. Si eso pasaba, Disney hubiera quedado a un paso de la fusión.

El apuro de Kulfas no cayó bien en los diversos actores de Frente de Todos que siguen el paso a paso de la operación. Tanto en el kirchnerismo como en el massismo se empezaron a preguntar por qué el ministro intentó cerrar un proceso favoreciendo abiertamente a una empresa e incumpliendo la voluntad de no permitir situaciones monopólicas. Feletti, finalmente desactivó la iniciativa.

Nueva reunión y el malestar interno

A principios de noviembre, Kulfas insistió nuevamente en intentar modificar el plan de acción de la CNDC. Ya sumando algunos roces con Feletti, el ministro escaló y llevó el tema directamente a la Jefatura de Gabinete, donde cuenta con un aliado central: Adrián Kochen. Kochen es “asesor-operador” histórico de Juan Manzur y hoy se jacta de tener incidencia directa en Jefatura de Gabinete armando reuniones y recomendando funcionarios. Kochen es, además, amigo personal del presidente Alberto Fernández. Pero, destacan en Gobierno, que Alberto no le dio espacio ya que algunos funcionarios no veían con buenos ojos al lobbista. Sin embargo, desde el desembarco de Manzur, todo cambió.

Kochen, según cuentan, conoció este año a Diego Lerner, presidente de Disney Latinoamerica. Aseguran que fue casual y que son vecinos. Lerner es íntimo amigo de Mauricio Macri (un detalle no menor para muchos hombres importantes de la coalición gobernante) aunque es el día de hoy que reprocha al ex presidente haber dejado el cargo sin aprobar la fusión tal como le había prometido. Fernández en más de una oportunidad se mostró en contra de la concentración de Disney. Es más, en su entorno, aseguran que dijo que va a ser inflexible para evitar monopolios y que ningún lobby lo iba a persuadir. 

En los primeros días de noviembre Kulfas y Kochen organizaron una reunión que generó nuevamente malestar. En Casa Rosada juntaron a Juan Manzur con el Gerente General de Disney en Argentina, Guillermo Tabanera, y con Tatxo Benet, uno de los cofundadores de la productora española MediaPro. La reunión tuvo el objetivo central de convencer al tucumano par que se avance en la “fusión a medida” que pretendía Disney. O sea, intentaron forzar vía Manzur, lo que el mismo Alberto Fernández no convalidaba.

¿Y cuál era el rol de Mediapro? Según cuentan fuentes al tanto de la reunión, la productora sería la “pantalla” para simular un desprendimiento de derechos. La hoja de ruta que se pretendía aprobar incluye el traspaso de varios derechos no tan relevantes y de las señales de Fox Sports a Mediapro. Un dato no menor es que ambas compañías tienen negocios asociados y la productora es el principal proveedor de ESPN. Es más en ese encuentro no hubo ningún interés en ni si quiera ocultar que la venta es a una “empresa amiga”, comentan las fuentes. El encuentro entusiasmó a las compañías a tal punto que siguieron contactando a miembros del Gabinete y llegaron a juntarse también con el ministro de Deportes y Turismo, Matías Lammens. 

El intento de Disney, se da en momentos en que Mediapro atraviesa un momento delicado. Para evitar la quiebra de la empresa este miércoles sus cofundadores Tatxo Benet y Jaume Roures tuvieron que reducir forzosamente su participación accionaria para evitar la cesación de pagos. Según explican los medios españoles, Roures y Benet junto al fondo Orient Hontai, que hasta ahora poseía el 54% del capital, y el grupo británico WPP, han alcanzado un acuerdo para reestructurar la compañía. El fondo asiático se quedará con el 76% del grupo a cambio de inyectar €620 millones, mientras que el 24% restante quedará en manos de los otros actuales accionistas. Una de las consecuencias del entendimiento es que los dos ejecutivos pierden el control de las decisiones estratégicas de Mediapro.

Tensión en el mercado y con su socio

La reunión no sólo cayó como una bomba dentro del Gobierno, sino también en otros actores del mercado. TNT Sports entró en pánico ante estos movimientos. Cabe recordar que la relación entre los socios del fútbol argentino atraviesa su peor momento. Con guiño de AFA, el grupo Turner intentó a fines de 2020 quedarse con todas las trasmisiones desplazando a Disney. La movida fue avalada por las máximas autoridades de Warner Media a tal punto que el mismo Whit Richardson, su presidente para Latinoamérica, convalidó en diversas calls la embestida contra sus socios. Sin embargo, la reacción de Disney fue interponer una demanda contra Turner en Estados Unidos y ahí las cosas cambiaron. A Buenos Aires llegó una contraorden y se dio marcha atrás con el plan original. Desde ahí algo se rompió.  

Rápida de reflejos, Disney no solo se mantuvo en el fútbol llegando a un acuerdo para que AFA no disolviera el contrato sino que también firmó una extensión del vínculo hasta 2030 por lo que desembolsó unos u$s 45 millones. Así dejó en offside a TNT Sports que se vio obligada a seguir el mismo camino para no quedarse fuera del fútbol. Pero hasta el momento, no hubo acuerdo. 

En TNT temen que con esta movida, ayudada por Disney, Mediapro intente quedarse con su parte del fútbol argentino. Sería la vendetta perfecta para Lerner y Tabanera. Hay que recordar que el año próximo termina el primer quinquenio del contrato por el fútbol argentino. Tanto Turner como Disney tienen renovación automática hasta 2027, pero esa renovación puede tener sus cuestionamientos por parte de AFA. Ante una eventual salida de Turner, Disney tiene la prioridad para quedarse con esos derechos o rechazar el ingreso de cualquier cadena. En Turner creen que Disney está armando el camino, junto a los funcionarios aliados en el gobierno, para que Mediapro se quede con esos partidos y los trasmita por Fox Sports. Ese, según fuentes del mercado y del gobierno, es el mayor riesgo del plan de desinversión que impulsa Kulfas.

Ante este contexto surgen preguntas dentro de la coalición gobernante y en el mercado. ¿Por qué Kulfas intenta aprobar un acuerdo que sería escandaloso para el Gobierno?, ¿Qué apuro tiene?, ¿Está Manzur al tanto de la jugada de ajedrez o simplemente es su entorno que busca hacer un arriesgado “per saltum” al Presidente?, ¿permitirá el kirchnerismo y el massismo que Kulfas sea el árbitro y defina un negocio tan sensible? . Y la última, ¿dejarán los actores del gobierno que ven en el fútbol un lugar central donde el Estado tiene que estar presente que todas las decisiones se tomen desde Miami y China?